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Solo de trompeta

Arco Atlántico, sin etiqueta no hay paraíso

Sobre la defunción de un festival

El pacto presupuestario al que se ha llegado en el Ayuntamiento de Gijón puede evitar que desaparezca el festival "Arco Atlántico". Un evento sobre el que creo que merece la pena hacer alguna reflexión. Se ha dicho que es el festival de Rubiera, primer concejal de Cultura con Moriyón, o de los del bable, por citar alguna. Pero esto no es cierto. Existe un proyecto anterior al gobierno forista que llegó a ver la luz en dos ocasiones, 2009 y 2010. Hablo de festival "Xixón 5.40". Se dijo también que iba en contra de la "Semana negra". Negativo. Solamente compite en dotación económica institucional, como todos.

El agotamiento de la etiqueta celta o la última crisis económica dieron al traste con la presencia de la música folk en las programaciones públicas. Sin etiqueta se acabó el paraíso. Si existe un potencial musical en cualquier territorio, ese es el folk. La música tradicional desde la que se debería evolucionar de forma natural. Qué quieren que les diga, es sabido que si no conocemos y valoramos nuestro patrimonio estamos condenados a desaparecer.

El debate entre la madreña y la modernidad no existe. Godard, en su genial "Bande Apart", nos dice: "Clásico = Moderno / Moderno = Clásico". Descubrí el blues, a Pete Seeger o a Bob Dylan y eso era el folk con dieciséis años. Tiempo después, unos cuantos músicos que veníamos del rock, caímos en la cuenta del absoluto desconocimiento que teníamos de nuestro folk. Qué cosas. Años más tarde terminé trabajando mano a mano con Hevia en el lanzamiento de su primer disco "Tierra de nadie". ¡Quién lo iba a decir!

Godspel, jazz, rock, pop o electrónica suelen llenar la oferta musical de la ciudad, como en casi todas. No sería extraño, pues, consolidar un espacio para el 'folk de aquí'. Invertir para hacerlo rentable. Promocionar el cancionero musical asturiano para ponerlo en valor.

Y si me permiten retomar viejas ideas, se podría integrar el Concurso de la Canción Asturiana y crear un Concurso Internacional de Gaita. Un Congreso de Lengua Romance o de Lenguas Minoritarias. Todo esto junto a espacios donde el público pueda conocer las novedades anuales del "folk de aquí" y "de allí", creando un distintivo propio con agenda y proyección exterior.

Santiago Auserón cantaba que la vida en la frontera no espera; en la era tecnológica no hay paraíso sin etiquetas y nosotros, afortunadamente, las tenemos. La Asociación de Amigos del Trasunto Musical Ibérico recomienda como solo de trompeta: ¡Una de gaita!

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