Este recién pasado 2 de febrero se han superado los 100 millones de vacunaciones contra covid19 en el mundo, en cifras absolutas 26´5 de ellas en EE.UU., si bien en términos relativos marcha líder Israel con el 30% de la población vacunada ya, según Bloomberg. Aunque mucha gente está cansada o disgustada pues desearían un ritmo más rápido, lo cierto es que está siendo un hito haber conseguido vacunas operativas en menos de un año, o acercarse a 15.000 millones de vacunaciones (7.500 millones de habitantes por dos dosis) en dos años. Si se confirma tienen más de un 90% de efectividad, la ciencia y las empresas merecerán un enorme aplauso público de reconocimiento, a pesar de sus detractores tan pertinaces como obsoletos: esos “terraplanistas”, –quienes ven, pero no creen–, y los totalitarios, empeñados en su cruzada antisistema y en estatalizar los méritos ajenos.
Por fin el gobierno español se ha decidido a controlar los vuelos procedentes del Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, países con cepas variantes del virus más contagiosas, eso sí varias quincenas después de que se lo hayan pedido reiteradamente, lo hayan puesto en práctica otros países de nuestro entorno, y la variante británica lleve ya semanas creciendo desbocada en las regiones españolas. Según las funerarias van 120.000 muertos por la epidemia en España, la mayor tasa mundial por millón de habitantes, con una caída del 11% del PIB en 2020, la mayor de la OCDE. Si ve va encauzando la situación antes del verano y llegan en 2021 los 70.000 millones de la Alemania liberal perversa, pronto veremos a los ministros y consejeros autonómicos compitiendo a quién se pone más medallas maravillosas por su gestión nefasta y trágica.
Si se confirman estas situaciones desde luego habría mejorado bastante la humanidad. Poco que ver con la Europa de hace 100 años, salida de la I Guerra Mundial (1914-18) con 20 millones de muertos, la mal llamada gripe española de 1918-19, aún entonces sin vacunas específicas, que dicen ocasionó entre otros 20 y 40 millones de muertos en el mundo, incluyendo China e India, y un contexto de auge del marxismo en la Unión Soviética de Stalin, fascismo de Mussolini en Italia, Japón imperialista y nacional socialismo revanchista en el III Reich de Hitler, que llevaría a otros 60 millones de muertos en la II Guerra Mundial (1939-45). Aquí en Asturias, deberemos lidiar con las secuelas turísticas, la desindustrialización, y las luces y sombras del planeta Amazon.
