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Paco G. Redondo

Qué fachas

Desatinos entre San Lorenzo, El Molinón y Churruca

Se ha reavivado estas semanas la polémica en torno al estado del arenal y el muro de la ex playa de san Lorenzo, ahora convertido en mero malecón, significativo en una ciudad portuaria, comercial y turística como Gijón. Hay tres despropósitos ya conocidos. En la construcción del muro a principios del siglo XX se invadió en exceso el estero, diferencia de espacio sumergido entre pleamar y bajamar; con la ampliación exterior del puerto del Musel la incidencia del oleaje se ha desplazado al este de la ensenada; y la obsesión para boicotear el necesario arreglo de la playa con excusas peregrinas. Ahora se añade un cuarto elemento, el pronóstico de una subida paulatina del nivel del mar durante el siglo XXI por el calentamiento global del planeta. El tema está también de candente actualidad en Santander para arreglar sus playas urbanas.

Se ha planteado retranquear las construcciones de las tres primeras filas de manzanas, e incluso hay quien ha propuesto cambiar de sitio el estadio del Molinón para que no lo inunde el riachuelo Piles. ¿Y con qué dinero van a tirar tres líneas de manzanas de edificios altos, por qué tres y no dos o cuatro? ¿Dónde van a construir los nuevos edificios alternativos y con qué presupuesto, si no tienen millones ni para la estación intermodal? Probablemente estos expertos “opinadores” no han leído libros de geomorfología ni de ingeniería naval. Todo por no hacer lo que los ingenieros de la ampliación del Musel decían que hay que hacer: regenerar el arenal de la playa de san Lorenzo, como Costas ha hecho en 2010 en Coruña con las playas de Orzán y Riazor.

Otro hecho pintoresco. El ayuntamiento de Palma de Mallorca, gobernado por el PSOE, Podemos y separatistas ha decidido cambiar nombres de calles, como los almirantes Cervera, Churruca y Gravina, o Toledo, “por franquistas”, y una de ellas renombrarla de la anarquista Federica Montseny. Resulta que Churruca y Gravina eran almirantes del siglo XIX, cuando Franco no había nacido, y durante la guerra civil los destructores con sus nombres permanecieron fieles a la II República del Frente Popular de izquierdas. Son los ligeros fallos de quienes primero opinan o deciden, y después se informan sobre los hechos y contrastan los contenidos, en vez de hacerlo con lógica al revés. Entre la realidad y el panfleto, eligen el panfleto. Ya tengo nueva posible excusa de los antisistema contra arreglar la playa de san Lorenzo: arreglar la playa es fascista.

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