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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Maniobra de distracción

Pretender la remodelación del Muelle y Fomento quedará en una operación a largo plazo

El paseo del Muelle y el del Fomento son dos viales muy dignamente conservados y que están por encima de la media de la mayoría de las calles y paseos de Gijón. Probablemente se deba a la circunstancia de que su conservación depende de la Autoridad Portuaria y no del ayuntamiento. Para el sentir de los mandamases portuarios representa más bien una carga, pero que no se diga, ellos lo mantienen como un pincel… Legan ahora desde el consistorio local a la conclusión de que la zona necesita un cambio: no le gusta lo que hay. Parece que algo tiene que ver la zarpita comunista del alcaldín Aurelio para humos y coches que anda tras la persecución del fluido tránsito rodado ciudadano. Así que se propone convertir en una especie de parque longitudinal las calles de Claudio Alvargonzález y Rodríguez San Pedro. Como ya se han dado cuenta que va s seguir habiendo coches, a alguna mente privilegiada se le ha ocurrido poner en la cercana calle del pintor Mariano Moré un aparcamiento subterráneo.

Todo muy bien, pero a ver de dónde sacan el numerario para tanta operación. Naturalmente, pretenderán endosarle al puerto parte de la broma, pero El Musel no anda en estas fechas tan boyante como antes y es difícil que, con la ominosa carga de la devolución de los préstamos derivados de la ampliación, esté dispuesto a que le metan mano a la caja y, mucho menos, que el ente Puertos del Estado le permita semejantes alegrías. Si a esto le sumamos las espinosas relaciones de la gentil dama de Carbayonia con el dilecto, pero políticamente alelado, presidente de la provincia es difícil que el ayuntamiento logre ayuda en este sentido en el seno del concejo de administración portuario, por muchos llamamientos que se hagan a las relaciones puerto ciudad.

Existen calles y zonas urbanas y rurales de Gijón que exigen un esfuerzo especial del poder municipal, por lo que no tiene sentido poner la garra encima de algo que cumple más que dignamente su cometido. Estamos por tanto ante un capricho injustificable, fruto de la desesperación: a mitad de mandato y sin nada que enseñar. Es lo que tiene no contar con un equipo de gobierno eficaz y haber dedicado dos años a los pequeños maquiavelismos de salón sin pensar en el bienestar de la ciudadanía. Y ahora, sin estaciones de tren y autobús que mostrar, porque está claro que para fon de mandato no habrá obra con la que presumir en los tiempos electorales venideros. Por estas cositas la han emprendido con Muelle y Fomento, no contentos con haber estropeado el Muro. La verdad, no tienen vergüenza, mas tranquilicémonos la cosa va para muy, muy, largo.

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