La Confederación Hidrográfica del Cantábrico y los vecinos de El Pisón ni siquiera se han puesto de acuerdo en la fecha de entrada en funcionamiento de la depuradora del Este. Tres décadas después de la planificación de la infraestructura, tras una inversión de más de 44 millones de euros, casi nueve años de obras y unos cuantos litigios judiciales, el organismo estatal asegura que en menos de un mes el tratamiento de las aguas estará funcionando al cien por cien gracias a una activación por fases, mientras que los residentes sostienen que todo es mentira porque eso supondría contravenir decisiones judiciales. El choque de versiones, por sorprendente, suma un capítulo más a la dilatada polémica, pero no hace olvidar el severo problema que tiene Gijón con el saneamiento. Y no solo en ese rincón.
