La primera apertura de un cine en Gijón en 23 años es una reconciliación con las esencias del séptimo arte en los tiempos del individualismo audiovisual, es decir, del imperio de la tableta y el móvil. Además de una puerta al futuro, porque las nuevas salas de Los Fresnos representan un paradigma de negocio distinto por sus prestaciones y su tecnología de imagen y sonido. En las calles que fueron escenario del primer “Oscar” español, este repunte de la gran pantalla era casi una necesidad tras años de declive del sector, que solo resistió en La Calzada, y por sus importantes beneficios culturales y sociales. Y una excusa perfecta para recordar nombres como Albéniz, Robledo, María Cristina, Hernán Cortés, Hollywood, Centro, Bulevar... Lugares que conectaron a la ciudad con mundos reales e imaginarios desde unas butacas.
