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Isabel Menéndez Benavente

Tormenta de ideas

Isabel Menéndez Benavente

Comisión: delito de odio

Supongo que, para nuestro Presidente, para el Gobierno, creo que me niego a decir mi Gobierno, esto no merece una celebrar con urgencia una comisión de delitos de odio, como sí se hizo con una anterior denuncia, que al fin y al cabo, resultó falsa. Entonces, a todo el panorama político, especialmente a algunos, se les pusieron los pelos como escarpias, porque no se podía consentir el acoso hacia el colectivo gay. Algo con lo que evidentemente todos estamos de acuerdo.

En este caso, en el de una niña de 5 años cuyos padres solo piden que se aplique la ley de recibir el 25% (solamente) de su enseñanza en castellano, el Tribunal Supremo ha emitido sentencia en la que ratifica que existe el derecho de todo español a recibir ese mínimo porcentaje en lengua castellana. Pero, evidentemente, la justicia “española” se la pasan por el forro en Cataluña, que para eso son socios indispensables. Tras esta sentencia, el odio se ha disparado con acciones como pintadas en el centro escolar, las redes estallan y hay hasta profesores universitarios que se ofrecen a ir a apedrear la casa de la niña, aislarla totalmente haciendo que el resto de los niños se vayan de clase cuando esta sea en castellano o que dejen de invitarla a los cumpleaños.

El gobierno, cómo no, tarde y mal, ante la presión mediática, sentencia que está en contra del acoso (¡¡toma ya!!) y desde la sentencia emitida el 22 de noviembre, la portavoz Isabel Rodríguez declara, a instancias de los periodistas, dos semanas y media después, que no conocía el asunto “ni detalles de las personas que fueron los demandantes y la cuestión de la niña”. Es decir, les importa un rábano.

Este, señores, es el gobierno que tiene que velar por la aplicación de las leyes, por el derecho de todos los niños que vivan en Cataluña a recibir enseñanza en castellano, es el gobierno cuyo ministro de Interior sale ahora, cuando la opinión pública está más que harta, a decir que se investigará. Marlaska, que estuvo en esa comisión que se creó en septiembre junto al jefe, hoy desaparecido, para acabar con el odio o el acoso, a raíz de la presión de los colectivos gays. ¿No son los españoles que sufren en Cataluña la dictadura independentista objetos de un odio que les paraliza y enmudece? ¿No existe un gobierno desde la Generalitat que arenga y fomenta ese odio? Hoy se representa en esa familia, en esa niña de cinco años que ya está sufriendo en ese colegio, que está viendo gente gritar a pocos metros, que ve a los padres de otros niños darle la espalda. Pero es la situación de muchos otros padres y niños. Y el gobierno, fiel a su principio “todo por el poder, nada por el pueblo”, lo único que quiere es seguir manteniéndose, aunque sea con unos socios que dan verdadero asco. Pero claro, ya lo saben: los niños no votan.

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