La negociación para que Gijón tenga presupuestos el próximo año ha entrado en la recta final en medio de una descomunal polvareda política. La propuesta que dos concejales socialistas realizaron a Ciudadanos durante una reunión esta semana para sacar adelante las cuentas a cambio de que el paseo del Muro recupere el doble sentido manteniendo el “cascayu” y el carril bici, adelantada por LA NUEVA ESPAÑA, ha soliviantado a IU, el otro socio de la coalición que está al frente de la ciudad, partidario de llegar a un acuerdo con Podemos-Equo. El asunto es de máxima trascendencia por tres motivos. En primer lugar, porque la crisis en la alianza de gobierno podría llegar a afectar a la estabilidad institucional del Consistorio. En segundo lugar, porque el bloqueo podría derivar en una nueva prórroga presupuestaria, con todos los efectos perniciosos que eso tiene, más aún en un contexto de lenta recuperación económica. Y, en tercer lugar, porque las posiciones maximalistas de algunas de las partes frenan el necesario clima de entendimiento. En este contexto, solo cabe reiterar una vez más que los gijoneses necesitan un presupuesto y que su ausencia sería un enorme fracaso de sus representantes.

El gobierno local mantiene abiertas vías de diálogo con solo dos de los cinco partidos de la oposición: Ciudadanos y Podemos. Descartado quedó casi desde el primer momento Foro y, poco después, el PP. Con Vox ni siquiera se iniciaron conversaciones. La formación naranja ha puesto sobre la mesa varias enmiendas al borrador de presupuestos, entre ellas, una que pedía la recuperación del doble sentido de circulación en el Muro mediante una actuación rápida y relativamente barata (150.000 euros). Mientras que el partido morado exige, entre otras líneas rojas, el regreso de la renta social, programa de ayudas impulsado durante los gobiernos de Carmen Moriyón. El PSOE no está dispuesto a transigir con este asunto, mientras que IU rechaza frontalmente hacer cambios profundos en la actual estructura del eje marítimo oriental, que cambió su aspecto en los primeros meses de la pandemia a la espera de una reforma definitiva. En este contexto, los socialistas lanzaron su idea para un cambio de tráfico en el paseo, que piden numerosas organizaciones sociales y económicas, como la Unión de Comerciantes y la Cámara de Comercio. Y se produjo el estallido con su socio.

Aunque las aguas bajen revueltas, hasta el próximo día 22, cuando los presupuestos se someterán a votación en el Pleno, queda margen de sobra para encauzarlas. La pelota está ahora en el tejado del propio gobierno local, que primero debe aclarar puertas adentro cuál de las dos opciones (doble sentido en el Muro o renta social) prefiere. IU ya ha dejado claro que la segunda, lo que para el PSOE supondría una severa corrección al discurso que ha mantenido durante estos dos años y medio de mandato. Las espadas están ahora en alto. Cuando se bajen, si se bajan, debería haber presupuestos. Sin excusas.