La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Díaz Dapena

Visibilidad borrosa

La labor del grupo municipal del PP

No se me ocurre mejor rúbrica a esta reflexión que la de rescatar tan bella figura retórica como la del oxímoron, que opone dos conceptos contrapuestos para dar lugar a un tercero con significado propio y distinto de los confrontados.

Aún recuerdo cómo entre la reciente e indiscriminada hostilidad mostrada por quienes regalaron a López-Asenjo todo tipo de “elogios” al efecto de justificar la caza de brujas orquestada tiempo antes bajo los auspicios del omnipresente macho alfa que ahora invisibiliza a sus “Ángeles/a” (en la afamada serie televisiva al menos Charlie era el secundario, y ello hasta el punto de que jamás pudimos ver su rostro); decía que entre los impostados argumentos que se emplearon entonces se encontraba la supuesta vocación del antes portavoz popular por acaparar el foco mediático anudado a su representación institucional y no ceder espacio visible a sus compañeras de grupo.

Al margen de la evidencia de que “para ser (vista) hay que estar” –por cierto, en tierra firme y con ganas de arrimar el hombro–, la tozuda realidad es que la que se dio en llamar “flamante” nueva portavoz del grupo municipal popular, ha pasado de ser una pretérita figura borrosa y ausente mientras ocupaba un papel secundario a convertirse en una suerte de espectro que “navega” en la imaginación de quienes no alcanzamos a comprender cómo, desde su nuevo y teórico rol de actriz principal, permanece a la sombra de quien no duda en estirar el cuello a la caza de cualquier medalla al vuelo; y ello pese a la carestía de preseas, al menos originales, pues las que se tiene a bien estampar no pasan de ser meras réplicas de la iniciativa, trabajo y esfuerzo de los representantes de otro grupo municipal (con la decidida agravante de pretender relegar a los mismos al papel de escuderos de la pretendida cruzada que aspira a encabezar el popular para arrebatar el bastón de mando a la actual regidora).

No se explica, pues, cómo un principio de sarna que parecía generar un leve picor (amago de deserción incluido), extendida ahora de una manera tan gráfica, ya no parezca escocer (sabido es aquello de la comodidad de las sombras). Me atrevo, no obstante, Pumariega, a aconsejarle que se valore algo más, que meta usted el codo (que algo ha tenido que aprender de los usos de esa junta local), pues me resisto a creer que no tenga motivos para una mayor propia estima y, en todo caso, no albergo duda alguna en cuanto a que su valor se halla muy por encima del que la suplanta a usted en cada acto, fotografía, anuncio o idea (fotocopiada o no).

Haga en su caso fuerza con su actual compañera, pues como no encuentren su lugar jamás dejarán de ser los “los ángeles de Pablo” (y me consta no soy original en la cita).

Compartir el artículo

stats