La victoria de Monchu García en el PSOE gijonés, en contra de las preferencias de la FSA y de la Alcaldesa, impacta de lleno en la política municipal con unas consecuencias aún difíciles de predecir. Puertas adentro, el nuevo líder tendrá como principal tarea cerrar de una vez por todas la división, empeño que no logró la ejecutiva saliente, como volvió a quedar claro en las urnas. El cambio supondrá además la irrupción en la primera o la segunda línea orgánicas de relevantes cargos públicos en las etapas de Álvarez Areces y Fernández Felgueroso. Pero, sobre todo, implicará un nuevo modelo de relaciones entre el gobierno local y el partido, asunto capital. Otro cantar será la elaboración de la lista para las elecciones de 2023, que deberá contar con el visto bueno de la dirección autonómica. Adrián Barbón mandó ayer un aviso a navegantes al señalar que Ana González es la única candidata posible. Todo lo demás se supone negociable.
