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Héctor Blanco

Cumpleaños en El Llano

La inauguración hace 180 años de la carretera Carbonera, vital para favorecer los tráficos de carbón en el puerto de Gijón, supuso de facto el nacimiento del populoso barrio gijonés

A finales del siglo XVIII fue Gaspar Melchor de Jovellanos quien primero planteó transportar el carbón de la cuenca del Nalón hasta el puerto de Gijón mediante la construcción una nueva carretera. Su idea quedó postergada y no se materializó hasta que, casi medio siglo más tarde, Alejandro Aguado –con título de Marqués de las Marismas del Guadalquivir, admirador de Jovellanos y exitoso empresario y banquero– vio una clara oportunidad de negocio en el asunto.

Inicio de la antigua carretera Carbonera, actual avenida de Schulz. | Marcos León

A cambio de realizar la carretera Aguado, obtuvo la concesión estatal para su explotación durante veinte años, lo que la singulariza como la primera de peaje realizada en el país. Para el Marqués, la obra representaba un doble beneficio, ya que también le servía para trasladar el mineral de los yacimientos que había adquirido poco antes en la zona limítrofe de los concejos de Langreo y Siero. Según sus planes, estas eran las primeras de una serie de inversiones que tenía previsto efectuar en Asturias y que habían generado gran expectación.

Las obras, proyectadas por el ingeniero Antonio Arriete, se iniciaron el 15 de agosto de 1838 y se dieron por finalizadas en noviembre de 1841, efectuándose su solemne inauguración en Gijón el 12 de abril de 1842 en presencia de su promotor. Ahora se cumplen por tanto 180 años del evento.

Pero, azares del destino, la celebración pronto se tornó en luto: Aguado falleció repentinamente antes de que terminase aquel mismo día. Ya nada fue igual, las iniciativas empresariales fenecieron con el difunto y su carretera apenas tuvo una década de actividad relevante ya que la inauguración en el verano de 1852 del Ferrocarril de Langreo supuso una competencia imbatible.

En todo caso, el Ayuntamiento de Gijón rindió doble reconocimiento a Aguado, acordando en 1875 poner su nombre a una calle del barrio de La Arena y colocar al inicio de su carretera un pilar rematado con una placa conmemorativa. La reproducción que se conserva de su inscripción sorprende ya que el texto consistió en una sucesión de abreviaturas que prácticamente la hacían ilegible. Evidentemente el ahorro, por excesivo, resulta cómico.

Para situarnos en el presente, la carretera de Alejandro Aguado cuenta con 35 kilómetros y enlaza los actuales inicios de la calle de Pepita Fernández Duro, en La Felguera, y de la avenida de Guillermo Schulz, en Gijón. Entre ambos puntos hoy su trazado coincide mayoritariamente con el de la carretera AS-376, cuyo recorrido pasa por el alto de La Madera, El Berrón y Gargantada.

La carretera Carbonera supuso un importante impulso para la actividad portuaria de Gijón, pero también tiene el mérito de ser el origen de todo un barrio, El Llano, cuya historia comenzó por tanto aquel día de primavera de hace 180 años.

Entre lo que hoy llamamos Puerta la Villa y Contrueces, la carretera marcó sobre el terreno una recta de kilómetro y medio de longitud entorno a la que surgieron tres núcleos residenciales obreros, el Llano de Abajo, el Llano del Medio y el Llano de Arriba. Su creciente vecindario hizo que en 1905, sobre la carretera, se instalase una de las tres líneas del tranvía que hubo en la ciudad y, ya en 1931, que adquiriese pleno carácter de vía urbana, por lo que mudó su nombre original por el actual de avenida de Schulz. En todo caso, sigue existiendo en Gijón oficialmente un tramo de la carretera Carbonera que mantiene ese nombre, atravesando el barrio de Montevil hasta llegar a la entrada de Nuevo Roces.

En la segunda mitad del siglo XX, los flancos de la avenida y su territorio aledaño acabaron edificándose por completo haciendo que los tres topónimos originales –aún utilizados por algunos de los vecinos y vecinas más veteranos– se refundiesen en el genérico de barrio de El Llano. Para quien tenga interés en conocer detalladamente su origen y evolución lo mejor es que disfrute con el libro “Historias de El Llano”, de Luis Miguel Piñera y Francisco Javier Granda, disponible en todas las bibliotecas públicas de Gijón.

Y, aunque en El Llano no se celebra el 12 de abril, desde aquí procede desear al barrio y a sus habitantes un ¡feliz cumpleaños!

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