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Taza y media

Eloy Méndez

El hallazgo

El hallazgo de media docena de sillares ornamentados junto al pedrero de San Pedro debería ser tomado como algo más que una anécdota pintoresca y su depósito en las naves municipales de Piti no tendría que ser el fin de la historia. Toca a quien corresponda (en primer lugar, a los técnicos del Ayuntamiento) promover una investigación rigurosa para tratar de averiguar su origen e incluso los motivos de que acabaran arrojados al mar. El mal estado de conservación de las piezas no es excusa para dejarlas sin más en una estantería en una ciudad sin un patrimonio antiguo desbordante y que decidió hace décadas potenciar la arqueología como seña de identidad. Las casualidades son a menudo la antesala de grandes descubrimientos. Merece la pena intentarlo.

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