A muchas personas residentes en Gijón Donato Argüelles apenas nos suena al nombre de una calle que va desde Álvarez Garaya hasta el Mercado del Sur. Justamente allí, junto al Mercado, tenía su casa Donato Argüelles del Busto (Gijón, 1855-1933). Fue primero emigrante a América, luego alcalde de su ciudad natal entre 1911 y 1913 y parte fundamental en la institución benéfica "Asociación Gijonesa de Caridad y Cocina Económica".
En la Biblioteca Asturiana del padre Patac se conserva un libro escrito por este gijonés en el año 1916, "Cien días de viaje", donde nos cuenta su periplo viajero entre El Musel, La Habana y Nueva York en 1915, rememorando aquel otro que realizara, muchos años antes, prácticamente de niño, en busca de fortuna. Donato Argüelles emprende este segundo viaje –tan distinto, un crucero– con el fin de volver a ver su La Habana amada "la ciudad más limpia del mundo" y luego recorrer otra vez la ciudad de los rascacielos.
El ya exalcalde de Gijón nos lo describe todo y lo hace, según justifica en la presentación, para que con la edición y posterior venta del libro (a cinco pesetas) obtener fondos para su querida Cocina Económica. Sus primeras anotaciones son de recuerdo hacia su primera aventura tantos años antes. Partía entonces en el velero bergantín "Pepe", de 280 toneladas y tardó en llegar a Cuba 57 días tras partir del lugar del puerto viejo, del muelle, llamado "El Pozón". "¡Adiós, probín, que no comerás más boroña ni panchón de la mío masera!" o "¡Que la Virgen te acompañe y la vara de San José te guíe por esos caminos!" eran los gritos de despedida que recordaba de aquella aventura.
En este segundo viaje, en La Habana, visita Argüelles a viejos amigos gijoneses como José Antonio Suárez, de 84 años y decano de los almacenistas de tabaco, o al comerciante en paños Manuel San Martín, y es agasajado por la directiva del Centro Asturiano. Luego visita a Nueva York y por fin la vuelta a Gijón, desembarcando en Sevilla. Después de tres meses en América. Después de "Cien días de viaje".