La carta remitida por la Alcaldesa a la ministra de Transportes a instancias del Consejo Social para contarle todos los agravios habidos y por haber a cuenta del vial de Jove es un buen diagnóstico, una acertada descripción, un condensado resumen del magno despropósito, un intento a la desesperada de que alguien en Madrid escuche el clamor de Gijón. Pero no implica la menor garantía de que haya un cambio en la dirección respecto a esta arteria fundamental para la zona oeste, la ciudad en su conjunto y la totalidad de la región por tres motivos: se acaban de rechazar varias enmiendas presupuestarias en el Congreso de los Diputados para mejorar su dotación económica, Ana González es una regidora a punto de dejar el cargo y el Gobierno tiene otras prioridades políticas y geográficas. Se supone que, al menos, la misiva tendrá respuesta.