Algo está fallando desde hace tiempo en el mantenimiento de los pabellones municipales sin que el gobierno local haga lo necesario para ponerle remedio, ante la estupefacción y el enfado de los centenares de usuarios, obligados cada vez que se abre el cielo más de la cuenta a suspender partidos y entrenamientos. Y todo apunta a que se trata de una cuestión económica porque el Patronato Deportivo cuenta con unos dirigentes y unos operarios de reconocida destreza en la gestión de su red de instalaciones, envidiada por extensión y servicios a nivel nacional. La excusa de que los problemas solo llegan cuando hay temporales, como si fuera algo anecdótico, no cuela porque Gijón no es Almería. Urge un plan de inversiones sólido que vaya más allá de tapar goteras.