Steve Vai: la búsqueda de un nuevo sonido

¿Cuánto explorar es sobreexplorar?

Will Egan

Will Egan

Típicamente cuando los músicos de rock and roll salen de gira, llevan unas cuantas guitarras, tal vez una extra, si sus actuaciones incluyen música acústica. Sin embargo, Steve Vai no es un guitarrista típico: es un mago de la guitarra. Vai, que toca en el Teatro de la Laboral este miércoles a las 21:00, lleva un armario de sus guitarras Ibanez personalizadas para ejecutar su magia. Tras las primeras canciones (y cambios de guitarra), te empezarás a preguntar: ¿Qué guitarra sacará próximamente? ¿Será el Roadstar clásica, sinónimo de Vai, que debutó en los años 80, conocida por sus cortes marcados, o el JEM, su guitarra emblemático, que co-diseñó con Ibanez, o su último artilugio, La hydra, una bestia de tres cabezas que luce una guitarra de seis y doce cuerdas, unida con un bajo de cuatro cuerdas? A lo largo de su carrera, su estilo sweep picking sin costuras, vibratos ondulados, y guitarras alucinantes le han ganado un seguimiento, pero sus últimos lanzamientos plantea otra cuestión: ¿su deseo de explorar un nuevo sonido agobia la gran musicalidad por la que era conocido?

Vai comenzó su carrera profesional a los 18 años, trabajando como transcriptor para una leyenda de la música vanguardista, Frank Zappa. Conocido como el «pequeño virtuoso italiano», Vai impresionó al grupo, y dos años después, empezó a hacer giras con la banda. Tras tres años y unas riñas con Zappa, abandonó el grupo para dedicarse a proyectos de solista. En los años siguentes, ha publicado nueve discos instrumentales de estudio, ganado dos Grammy, y ha grabado y girado con artistas de la talla de Alcatrazz, David Lee Roth, Whitesnake, y muchos otros.

El guitarrista de acrobacias lideró un nuevo sonido en los 80 y 90. Su control de la guitarra inigualable le permitía explorar los límites de lo que podría conjurarse de su instrumento. Discos como Passion and warfare (1990) y Alien love secrets (1995), presentan canciones con ritmos y melodías suaves que se transforman rápidamente en solos de guitarra en donde Vai corretea alrededor del diapasón y exhibe su fingerpicking dinámico. A pesar de las contorsiones musicales, siempre vuelve a un gancho fijo, algo que le falta en su nueva música.

Su último disco de estudio, Inviolate (2022), que marcó el debut de La hydra, prueba que quizás, el mago ha acumulado demasiado poder. El álbum se centra en la habilidad de Vai, no en la música en sí. Entre solos de guitarra de cinco minutos e improvisaciones que llegan a tierra de nadie, su nueva música le aísla de su grupo y del sonido clásico de las bandas de rock. Sin una melodía pegadiza, es difícil decir dónde empieza una canción y termina otra.

Dicho esto, Vai todavía es una estrella – desvaneciendo – pero capaz de llenar salas con sus fanáticos. La guitarra, y el camino que le ha ofrecido tocándola, le trae alegría; no planea parar pronto. Toca para descubrir las capacidades desconocidas de su instrumento. Los que siguen, seguirán. Tanto si eres un fanático de Vai hasta la médula como si buscas algo distinto, Steve va a montar un espectáculo; vigila La 

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