Un viaje a la tierra de los héroes

La "Film Symphony Orchestra", en la Laboral

Will Egan

Will Egan

Antes de que Constantino Martínez–Orts se dirija a sus músicos, levante su batuta y trace la primera anacrusa, ofrece un comentario. El director de la "Film Symphony Orchestra", que exclusivamente interpreta partituras de películas, cuenta sobre los temas centrales de una obra cómo su banda sonora los anima y qué medidas tomará su orquesta para transportar al público a la misma escena en la que aparece la música. Aunque sus comentarios varían según los números seleccionados para su nuevo programa Krypton, que presenta 20 piezas de 20 películas distintas, siempre concluye con las mismas palabras: "Vamos allá"

Y lo dice en serio. Cuando las luces se apagan en una función de FSO, que es más un espectáculo que una función, el público, tanto si está preparado o no, se embarca en un viaje a través de escenas culminantes, tanto históricas como de ficción, de las películas épicas del último medio siglo. Desde el Tema principal de "Danny Elfman de Batman" (1989), que articula el coraje del mejor detective del mundo pero el dolor del hombre que hay bajo la máscara, hasta "Por el amor de una princesa" de James Horner de "Braveheart" (1995) que marca la despedida agridulce entre Sir William Wallace y la princesa Isabel, Orts y su orquesta hacen que el espectador se sienta como si estuviera al lado del Murciélago, corriendo por los tejados de Gotham o plantado en un prado escocés junto al semental negro del caballero.

¿Entonces cómo se logra esta sensación? Creatividad y una atención a los detalles. Las selecciones del repertorio musical de Krypton, que la FSO realizarán en 60 conciertos en más de 30 ciudades diferentes, intentan llegar a personas de todas las edades. Números de Iron man (2013) y Spider-man (2002) animan a los niños a apreciar la valentía de sus ídolos mientras las suites de El último mohicano (1992) y La máscara del zorro (1998) permiten a los padres viajar al pasado, hasta la primera vez que vieron estas películas. Sin embargo, es la forma creativa en que la FSO se acerca a las partituras que las hace tan convincentes como son. La invitación de un funky solo de saxofón en La suite de Los increíbles (2004), una coreografía de la sección de cuerda durante La obertura de Lawrence de Arabia (1963), y coreando en armonía mientras tocan un número de Black panther (2018) por nombrar algunos ejemplos.

Si lo piensas un poco, la idea de Orts es brillante. El cerebro tras la FSO convierte lo que podría ser un concierto de orquesta tedioso en un espectáculo dinámico, conmovedor, y atrayente. Los espectadores tararean, las horas pasan, y antes de que uno se dé cuenta, las 20:30h. se convierten en las 23:30h. Además, un concierto de FSO es una oportunidad de disfrutar de Orts compartiendo algo que le apasiona. El conductor de talla mundial y más ampliamente su orquesta, utilizan Krypton para rendir homenaje a la humanidad y a la bondad de los seres humanos, que, día a día, pueden ser héroes invisibles, ayudando y llevando sonrisas a los demás.

Entonces tras dos actos espectaculares que despertaron una multitud de sensaciones, Orts pronunció su comentario final. Y antes de decir su lema por última vez, añadió: "Espero que ahora tengáis ganas de salvar el mundo". Porque si no estamos salvando el mundo, ¿qué estamos haciendo?

Suscríbete para seguir leyendo