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Río Eo, Río Eo, nadie a acompañarte baja

Una calle sin baldosas, pisando fuerte

La responsabilidad patrimonial de los ayuntamientos respecto a tropezones en la vía pública tiene como estación de destino el denominado Consejo Consultivo del Principado, órgano de naturaleza jurídica que dirime, entre otros, reclamaciones por tropezones en la vía pública.

Hartos ya de litigios, que no de indemnizar pues la Administración gana por goleada a los aspirantes al resarcimiento, el Ayuntamiento corta por lo sano en los barrios matando dos pájaros de un tiro, eufemístico ejemplo de exhibir paletas de albañil y obras de elecciones inminentes, además de acabar con los tropezones en la vía pública.

No ya este órgano, Consejo Consultivo, sino la extinción, de iure, del oficio picapedrero, artesano que aún sigue adoquinando la calzada romana de Cimadevilla, cosa que se extingue en los barrios de Gijón condenados a perder el alicatado de sus aceras.

Ejemplo de este desembaldosamiento es la obra en calle Río Eo, Montevil. El suelo de las aceras perdió las baldosas eliminando así salpicaduras indeseadas en tiempo de lluvia y tropezones varios que acaban en litigio entre heridos y la municipalidad.

"Indiferente o cobarde, la ciudad vuelve la espalda" que diría Gerardo Diego, no quieren ver en tu calle esa acera desdentada, encajando el verso.

Queda en el aire la duda si se atreverán a "desdentar" las calles del centro de Gijón como la de Rio Eo, donde sus vecinos y comercios pagan cristianamente los mismos tributos. Ahí lo dejamos.

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