Jovellanos y Fernando de Valdés visitan juntos la Feria de Muestras

La creación y la evolución del homenaje que Asturias rinde al prócer gijonés desde 2001 en la FIDMA

Jesús Menéndez Peláez

Jesús Menéndez Peláez

Ayer, día 16 de agosto, la Feria Internacional de Asturias en Gijón celebró el "Día de Jovellanos". Este recuerdo al prócer gijonés se inició en 2001, siendo presidente de la entidad jovellanista Agustín Antuña; un gran logro por parte de quienes lo hicieron posible, de manera especial en la persona de Rafael Loredo, entonces secretario de la entidad. La ocasión fue propiciada por la colaboración brindada por el empresario asturiano, residente en México, Pérez Simón, quien siempre se distinguió por haber conjugado el binomio clásico del "Otium/Negotium", es decir, el enriquecimiento y, a la vez, el apoyo a la cultura. Él nos brindó la ocasión de escuchar al gran hispanista inglés, Lord Hugh Thomas, quien disertó sobre Jovellanos. Un día para el recuerdo jovellanista. De esta manera quedó instituido el "Día de Jovellanos" en la Feria Internacional de Asturias en Gijón.

Jovellanos y Fernando de Valdés visitan juntos la Feria de Muestras

Jovellanos y Fernando de Valdés visitan juntos la Feria de Muestras / Jesús Menéndez Peláez

Elegido quien subscribe, en 2002, presidente de la Fundación Foro Jovellanos, segmento cronológico que duró tres largas y fructíferas legislaturas, se le quiso dar un contenido permanente a este "día". Quiero recordar con gratitud a los miembros de aquellas Juntas rectoras que lo hicieron posible. De manera especial a Fernando Adaro, vicepresidente; su formación jurídico-económica, unido al jovellanismo que heredó de su padre, Luis Adaro, que da nombre a este recinto, fue un apoyo constante; con la misma gratitud he debo mencionar a Orlando Moratinos, entonces secretario general; si se me permite la expresión, fue un "todo terreno", que dejó su impronta en todas las actividades realizadas. Sería injusto olvidar a otros miembros de aquellas juntas rectoras que tuvieron un papel muy relevante en la investigación jovellanista, como Agustín Guzmán, María Teresa Caso, quien puso a disposición el legado de José Miguel Caso, el icono más relevante del Jovellanismo; las acuarelas del renombrado pintor y escultor, Juan Rionda, ilustraron y ennoblecieron muchos de los momentos del "Diario" de Jovellanos, o Vicente Cueto fiel transmisor de un misticismo jovellanista que le acompañaba siempre; un recuerdo especial merece el empresario José Antonio Hevia Corte, quien puso en marcha el "Premio de investigación", con la publicación incluida.

Casi medio centenar de publicaciones jovellanistas recogen los anaqueles de muchas bibliotecas públicas y privadas de aquellas tres fecundas singladuras. Las hemerotecas son igualmente testimonio de aquella fecundidad. A todos ellos, un recuerdo con afecto y gratitud de quien aquella inolvidable etapa, como su dedicación docente e investigadora al servicio del "alma mater", que fue la Universidad de Oviedo, es ya historia pasada, si bien sigue con ojos de "praefatio" los logros de las dos instituciones. La vida tiene sus ciclos y hay que saber aprovecharlos en el momento oportuno. Con este elenco de patronos de la entidad jovellanista se dio una nueva orientación a ese primer "Día de Jovellanos", que ayer conmemoramos. Para ello, se contó con la colaboración del Ayuntamiento de Gijón y con los distintos presidentes y directores de la Feria de muestras. Su recuerdo y gratitud deseo que estén presentes en mis palabras. El objetivo era hermanar a Gijón con aquellos concejos asturianos que hubieran tenido un hijo ilustre coetáneo de Jovellanos.

La Corporación del Ayuntamiento de Gijón acogía a la corporación del Ayuntamiento invitado. Tineo, Teverga, Quirós, Ribadesella, Villaviciosa y un largo etcétera consiguieron ese hermanamiento. Fue una época en la que la entidad jovellanista gozaba de un relevante prestigio social y académico en la cultura asturiana. Se programaron cursos de extensión universitaria con enseñanza reglada por parte de la Universidad de Oviedo en los que intervinieron prestigiosos estudiosos del Siglo XVIII. Se nombraron patronos de la institución a ilustres investigadores, cuyo curricullum se sometida al Consejo General. Se establecieron vínculos de colaboración con instituciones señeras en Asturias: Fundación Príncipe de Asturias, Fundación Cristina Masaveu, Ateneo Jovellanos, Ateneo Obrero, Grupo Cultural Covadonga... Las actividades de la Fundación se expandieron allende el Pajares: Jadraque, Villafranca del Bierzo, Madrid, Palma de Mallorca... Estas relaciones "ad dextra" se complementaron con relaciones "ad intra". La celebración especial del bicentenario de la muerte de Jovellanos, en 2011, propició lo que bien pudiera llamarse "misiones jovellanistas" por la Asturias profunda o vaciada, como hoy se dice; 246 parroquias desde Ibias a Peñamellera Baja fueron visitadas por el presidente, acompañado siempre, como fiel escudero, por Bernardo Canga; 26 conferencias (charlas o conversaciones según el público) se impartieron en institutos, escuelas colegios con el regalo a cada alumno, desde infantil a bachillerato, de una biografía de Jovellanos, escrita por el Prof. Caso González.

Este es el contexto y el espíritu del "Día de Jovellanos" en la Feria de Muestras con que nació este hermanamiento con distintos concejos. Con ello, se intentaba poner de relieve la importancia que tuvo la ilustración asturiana en el ámbito nacional. El patronato actual de la institución, bajo la presidencia muy eficiente y con grandes logros, de Ignacio García Arango, ha determinado que el ayuntamiento elegido para este año sea el de Salas, lo que me complace sobremanera por ser hijo de una de sus aldeas, Lavio. El concejo de Salas no fue la cuna, en el siglo XVIII, de un personaje relevante que coincidiera con Jovellanos, pero sí lo había tenido en el pasado. Este personaje no es otro que Fernando de Valdés, fundador de la Universidad de Oviedo. En los últimos meses y semanas el concejo de Salas fue noticia por distintos motivos.

La incomunicación durante semanas por accidentes geológicos en la construcción de la autovía a La Espina; el cierre de la empresa Danone, afortunadamente solucionado en parte; y la inauguración de la restauración del mausoleo en la Colegiata de Santa María la Mayor, donde se encuentran los restos de nuestro ilustre vecino. El poder político, el poder eclesiástico y el poder académico allí se dieron cita, convocados por la Fundación y Aula Valdés Salas. Así quedó restaurado, según las posibilidades que permitió el grave deterioro que durante siglos causaron las fuerzas de la naturaleza, en concreto, la humedad. El mecenazgo, de manera muy especial de la familia Cosme Menéndez Castañedo, lo hizo posible. La obra del gran Pompeio Leoni, el retablo del altar Mayor, de Fernández de la Vega y la Capilla de los Malleza, serán en su conjunto, a juicio de Jovellanos, que visitará en cuatro ocasiones esta villa medieval, de lo mejor de Asturias. Está restaurado el sepulcro, pero ¿se ha restaurado la significación histórica de Fernando de Valdés? Creo que sí... El marbete de "gran Inquisidor", con el que se le suele calificar, rebaja peyorativa e injustamente la significación histórica de uno de los personajes más influyentes de la centuria renacentista, de la misma manera que lo fue Jovellanos en el siglo XVIII. A primera vista son dos personajes antitéticos como lo fue la Contrarreforma frente al Siglo de las luces que es la Ilustración. Valdés fue paladín de la Contrarreforma en España. Como el mismo nombre indica, la Contrarreforma (denominación que ha de mantenerse por encima de "reforma católica") tuvo como objetivo preservar a España de la Reforma protestante. Este programa venía de Roma e involucraba a la política imperial de Carlo V y de Felipe II.

El Cardenal Cayetano, uno de los exponentes más cualificados de la Orden Dominicana, General de la misma, fue el encargado enviado por Roma para convencer a Lutero de que se retractara de sus tesis colgadas en la puerta de la iglesia de Wittenberg. La actitud, un tanto altanera y soberbia, del representante romano frente al monje agustino quizás haya sido el motivo por el que el monje alemán radicalizase sus posiciones y terminase en cisma. Cayetano fue el "terror de la pérfida herejía", así se le llamó. Un historiador nada sospechoso de manipulaciones históricas, como Ricardo García Villoslada, en su magna obra sobre Lutero (la más importante de sus publicaciones, según González Novalín), pone como subtítulo del primer volumen de la citada obra: "Lutero, un monje hambriento de Dios"; Bartolomé de Carranza, Fray Luis de Granada, Erasmo de Rotterdam, Juan de Ávila, que aparecen en el "Índice de libros prohibidos", publicado por Valdés en 1529, eran también personas hambrientas de Dios.

Para entender y comprender la función que tuvo Fernando de Valdés hay conocer el contexto histórico. Permítaseme referirme al marbete alemán "Sitz im Leben", expresión ya acuñada en la historiografía moderna. Es decir el Sitz im Leben de Lutero, del Cardenal Cayetano, dominico, del teólogo, dominico también, Melchor Cano, (asesor teológico de Valdés), de Carlos V y de Felipe II. El novelista Miguel Delibes lo ha recreado con toda verosimilitud en su obra "El hereje". Fernando de Valdés fue un gran servidor de la política imperial de Carlos V y de Felipe II. Y como tal debe ser reconocido en la historia de España. Salas vivió dos momentos históricos en el siglo XVI. El gran Tirso de Avilés, coetáneo de Fernando de Valdés, nos describe cómo fue el último viaje de Valdés a Salas.

En su testamento había dictado que, si moría de Despeñaperros para abajo se le enterrase en Sevilla, donde había sido arzobispo; si no fuera así, quería ser enterrado su pueblo natal, Salas. Su fallecimiento tiene lugar en Madrid el 9 de diciembre de 1568. El cortejo fúnebre tardará veinte días en llegar a Oviedo. Seis frailes dominicos, seis franciscanos, capellanes, más un tropel de caballeros y nobles. Funerales en la catedral de Oviedo. Ruta hacia Salas en dos etapas. Es fácil imaginar el pasmo de los habitantes de aquella villa. Dieciséis años más tarde experimentarán algo parecido al llegar a aquella villa medieval una comitiva, igualmente suntuosa, con las piezas talladas por Pompeyo Leoni para su mausoleo. Era el colofón a uno de los personajes más importantes del siglo XVI en España. Pero los asturianos nos vimos beneficiados de su generosidad al tenerle como fundador de la Universidad de Oviedo. Como hijo del concejo de Salas y como docente de la universidad de Oviedo, me siento orgulloso de este nuestro paisano y tenerle como vecino, aunque sea "post mortem".

Del concejo de Salas y de Gijón somos muchos los que hicimos estudios universitarios en la universidad de Oviedo. Es un privilegio que, en el fondo, se lo debemos a Fernando de Valdés, fruto de su generosidad- El propio Jovellanos, cuando en cuatro ocasiones visita Salas, se detiene en la Colegiata de Santa María la Mayor. Admira los retablos del altar mayor y el de la capilla de Los Malleza, Los califica como los mejores de Asturias. Item más. Se postra ante el sepulcro del Inquisidor General". Ningún reproche. Admiración estética e histórica. Cuando Jovellanos llegue a ser Ministro de Gracia y Justicia, abolirá la Inquisición. Jovellanos conocía muy bien el "Sitz im leben" que le tocó vivir a Fernando de Valdés. Por último, quiero subrayar el espíritu jovellanista que hoy se vive en Salas. Me refiero a la Fundación y Aula Valdés Salas. Una institución que coincide con el espíritu del Instituto de Náutica y Mineralogía, fundado por Jovellanos en Gijón. Una institución que sigue la misma orientación jovellanista del "Quid verum, quid utile", o el "sapere aude" kantiano, es decir, en busca de la verdad y de la utilidad social. Seis congresos por donde pasaron los más renombrados hispanistas internacionales, proyectos arqueológicos de impronta internacional, promotora del Camino Primitivo de Santiago y un largo etcétera donde coinciden el nombre del fundador de la Universidad de Oviedo y el espíritu del ilustrado prócer gijonés. Un recuerdo y una oración por Juan Velarde Fuertes, su fundador Si a Gijón se la conoce como la Villa de Jovellanos, en justa reciprocidad se debería conocer a Salas como la Villa de Fernando de Valdés.

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