El exorcismo de Coalla: la leyenda de la endiablada Josefa Tamargo y el ochavo segoviano

La obra "Grado y su concejo", de 1907 y reeditada en 1982, recoge el relato de lo que supuestamente aconteció en la localidad moscona hace dos siglos, en 1820

Vista de la localidad de Coalla (Grado)

Vista de la localidad de Coalla (Grado) / Miki López

Cuenta la leyenda que hace dos siglos tuvo lugar en la localidad de Coalla un exorcismo. Aunque se desconoce si el relato se basó en un suceso real o en acontecimientos parecidos que pudieran inspirarlo, este ha pervivido, entre otras cosas, gracias al libro "Grado y su concejo", de Álvaro Fernández Miranda, publicado en 1907 y reeditado mucho después, en 1982. La obra recoge historia del municipio y multitud de curiosidades sobre el territorio que probablemente hoy no se recordarían si no fuera por la existencia de este valioso trabajo. Sobre la posesión demoniaca y cómo el espíritu maligno salió de la mujer endemoniada hay una narración deliciosa, contada con suma gracia y que merece la pena rescatar.

"En Coalla tienen al diablo preso", comienza el relato, que añade que "los diablos de todo el infierno andaban por estos lugares metidos en el cuerpo de Josefa Tamargo, del barrio del Villar (hoy de Rañeces) muy conocida en Grado". "La infeliz, siempre agitada, rugía, aullaba, gesticulaba por los montes, encaramándose a los árboles, tejados y sitios en que fuera imposible llegar a ellos no siendo por artes mágicas", cuenta Fernández Miranda.

El modo en que describe el suceso el autor del libro merece su reproducción literal. "Habían sido inútiles los medios empleados para desendiablar a la Tamargo, pero al fin súpose, por boca de ella misma, que el día de San Pedro saldría de su cuerpo el espíritu del mal: ¡el 29 de junio de 1820! Cientos de almas dirigiéronse a presenciar la expulsión diábolica y llegado el momento, ¡crítico instante!, comienzan los exorcismos y la joven a gritar, a rugir y a blasfemar, presa de las convulsiones terribles, arrojando al cabo, tras un acceso de tos, al mísmisimo demonio por la boca, en forma de.... ochavo segoviano (caprichos del Averno), yendo a caer a una jofaina de agua bendita, dejando a los circunstantes confusos, atónitos, medrosos, sin saber qué pensar ni qué decir.Y desde ese día, clavado está en la puerta de la humilde iglesia el ochavo vil o el diablo de tal guisa... ¡para ignominia y tortura del condenado Satán! ¡Justo castigo por su proceder nefando!", describe el autor.

Realidad o leyenda, el caso se puede localizar en las páginas 107 y 108 de la edición de "Grado y su concejo" de 1907. El libro ya no es tan fácil de conseguir, pero de la reedición de 1982 hay varios ejemplares en la magnífica biblioteca municipal de Grado, que cuenta con una sección local con diversos títulos relativos al municipio.

Vista de la iglesia de Coalla.

Vista de la iglesia de Coalla. / Miki López