"El Infierno", la travesía moscona para ir directo a la iglesia parroquial: historia de un capricho del callejero de Grado

El pasaje, que une Eulogio Díaz Miranda con la zona de La Magdalena y el templo, recibe su nombre de una famosísima sidrería que estaba en la zona y cerró sus puertas a finales del siglo XX

Dos vecinos, pasando por la Travesía de El Infierno, en Grado.

Dos vecinos, pasando por la Travesía de El Infierno, en Grado. / P. T.

"Travesía del Infierno". Es uno de los nombres más peculiares del callejero moscón y además con la singularidad de que por ella puede accederse a la iglesia parroquial o a la plaza que la rodea por detrás y que lleva el nombre de un queridísimo cura local, don Servando Menéndez, fallecido ya hace años. Es una de las curiosidades de los nombres de las vías de la capital moscona, aunque en este caso tiene una explicación bastante sencilla.

Lo de "El Infierno" viene de la popularísima sidrería que llevó ese nombre y atraía a cientos de personas y a no pocos personajes ilustres hacia el establecimiento. El lugar se encontraba en el pasaje al que se puede acceder desde la calle Eulogio Díaz Miranda y que lleva a la plaza de la iglesia, en la La Magdalena. Situado a pocos metros del templo, fue uno de los más célebres y populares de la villa durante décadas y vio pasar a varias generaciones de moscones.

El indicador con el nombre de la calle.

El indicador con el nombre de la calle. / P. T.

El negocio, abierto en el siglo XIX, fue fundado por Braulio Flórez, que lo puso en marcha con llagar para hacer su propia sidra, según explica José Luis Areces en su libro "Grao, cien años de comercio, industria, ferias y mercados". Tras pasar por varios responsables de la misma familia, cerraría sus puertas a finales del siglo XX, en 1996, según refiere este mismo autor acerca de un local que fue emblema de Grado, punto de encuentro y lugar habitual para la celebración de espichas.

Antigua sidrería El Infierno, que ya no existe.

Antigua sidrería El Infierno, que ya no existe. / Archivo de Nando Fernández Arias.

Quien llegue a Grado y quiera conocer este peculiar punto de la villa no puede perderse si camina hacia la iglesia. Si se desvía solo un poco a la derecha, verá inmediatamente el cartel de la Travesía del Infierno. Y si sube por la calle tras el templo llegara a la plaza de don Servando Menéndez, cuya bondad y buen hacer le hizo ganarse el aprecio y cariño no solo de los feligreses, sino de todo el pueblo.