Doscientos karatecas libran en Grado su combate más solidario y recaudan miles de euros para “golpear” a la ELA

“El motor de todo esto es mi sobrino Chus”, explica Lino Gómez, maestro y organizador del curso en el que colaboraron Damián Quintero, Óscar Vázquez e Iván Leal 

Doscientos karatecas libran en Grado su combate más solidario y recaudan miles de euros para “golpear” a la ELA

Ángela Rodríguez/ Amor Domínguez

En el polideportivo municipal de Grado destacaba este domingo el blanco nuclear de las ropas de más de doscientos karatecas que libraron su combate más solidario. Un segundo curso con maestros del tatami, como Damián Quintero, Óscar Vázquez e Iván Leal, que organizó el Gimnasio Lino, para recaudar fondos y luchar contra la ELA. 

“El kárate tiene que trascender más que el ejercicio físico. Juntar más de doscientos cursillistas en un calendario tan saturado como el que tenemos no es fácil. Esto demuestra la solidaridad de los karatecas”, aseguró Lino Gómez, maestro y mentor de decenas de karatecas asturianos. Una gran familia que no le falló ayer y que llenó, también en las gradas, el pabellón municipal. 

De hecho, la organización tuvo que cerrar inscripciones por cuestiones de logística. Nadie quería quedarse fuera de un evento que también atrae a quienes no practican kárate y que aspira a consolidarse como una importante cita deportiva anual en el concejo. “El motor de esto es Chus, nuestro sobrino. Oyes hablar de la enfermedad, pero no imaginas todo lo que arrastra. Yo no era consciente de cuánta dependencia tiene un enfermo de ELA. Se necesita visibilizar la enfermedad, por eso hacemos esto, pero también se necesita dinero. Estaremos casi por los 6.000 euros de recaudación que igual da para un enfermo un mes”, destacó el karateca

Con momentos divertidos, ejercicios por parejas y exhibiciones de los maestros que cosecharon los aplausos del público, la jornada de kárate tuvo también su parte emotiva. “Tenemos con nosotros una persona que está haciendo el curso que está enfermo de ELA. Hace poco sacó el cinturón negro y, la verdad, es que es muy emocionante. Los más pequeños ven la cruda realidad de la vida, porque nos puede tocar a cualquiera. Esta enfermedad es una macabra lotería, no haces nada para que te toque”, subrayó Gómez.