Londres / Kabul / Oviedo

Prisioneros afganos recluidos en una «cárcel secreta» en la base militar estadounidense de Bagram, al norte de Kabul, siguen siendo objeto de torturas, según denuncian nueve testigos a la cadena estatal británica BBC. El Ejército norteamericano, que ha negado la existencia de un centro secreto, ha prometido investigar estas denuncias.

La base de Bagram, que se remonta a la época soviética, albergó durante un tiempo una controvertida prisión en la que hubo cientos de reclusos. Dicho centro fue trasladado a otro complejo, pero, según la BBC, se seguirían cometiendo todo tipo abusos, incluso después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, prohibiera la tortura el primer día de su Presidencia.

«Lo llaman el agujero negro», explicó a la BBC Sher Agha, que pasó seis días en dicha instalación el pasado otoño. «Cuando nos ponen en libertad, nos dicen que no contemos historias a los de fuera porque nos perjudicará», precisó. Según los testigos, las celdas son frías y no se puede dormir. Además, en ellas hay todo el tiempo una luz que impide saber si es de día o de noche.

«No podía dormir, nadie podía dormir porque había una máquina que hacía mucho ruido para impedirlo», relata Mirwais, que asegura haber estado en esta cárcel secreta 24 días. «Había una pequeña cámara en mi celda y si estabas durmiendo, venían y te molestaban para que te despertaras», añadió.

Los prisioneros, entrevistados por separado, según la BBC, relataron todos historias similares. Muchos de ellos aseguran que fueron golpeados por soldados estadounidenses antes de ser llevados a prisión. Mirwais dijo que había perdido varios dientes por el golpe de la culata de un arma. Todos ellos aseguran que no fueron visitados por el Comité Internacional de la Cruz Roja y que sus familias no sabían dónde estaban.

Los ex prisioneros explicaron que fueron encarcelados en la prisión secreta antes de ser trasladados al centro principal de detención, un nuevo complejo llamado Instalación de Detención, en Parwan. El traslado de los presos de Bagram a este nuevo centro se produjo a principios de este año.

La cadena británica trasladó las alegaciones de abusos al Ejército estadounidense en Bagram, que negó categóricamente su existencia. «Nunca he oído hablar de ello. Ésta es la única instalación de detención en Afganistán», afirmó el vicealmirante Robert Harward, quien está a cargo de Parwan.

Mientras, sobre el terreno, continúa el rosario de muertes. Siete trabajadores extranjeros, al parecer británicos, fallecieron ayer a consecuencia de un atentado suicida con bomba perpetrado en Kandahar, en el sur del país. Según la Policía local, el suicida se dirigió en un coche hasta un recinto donde residen extranjeros e hizo explotar el vehículo cuando los guardias abrieron la puerta.

Horas antes de este atentado, cuatro soldados alemanes murieron y otros cinco fueron heridos en combates con talibanes en la provincia norteña de Baghlan, informó el ministerio alemán de Defensa. Según explicó un portavoz del mando de las fuerzas alemanas en Afganistán, los soldados estaban de patrulla cuando fueron atacados con misiles. El portavoz añadió que dos de los cinco heridos están graves. La operación militar, que se desarrolla a unos 100 kilómetros de Kunduz, donde tienen su base los alemanes, continúa, explicaron las fuentes oficiales germanas.