El presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, invistió ayer a Pedro Passos Coelho como primer ministro del país, al frente de un gabinete formado por 15 ministros y 36 secretarios de Estado que posee "plena legitimidad constitucional para gobernar".

Sin embargo, el nuevo Ejecutivo luso tiene los días contados, ya que la izquierda reiteró ayer su intención de forzar su renuncia el mismo día en que el "premier" exponga su programa de Gobierno en la Asamblea, los próximos 9 y 10 de noviembre.

Aunque Passos Coelho fue escogido por Cavaco Silva como primer ministro por haber encabezado la lista más votada en las elecciones del pasado día 4 -cuando la coalición de centro-derecha que lidera logró casi el 39% de votos y 107 diputados-, las tres fuerzas de la izquierda, el Partido Socialista (PS), el marxista Bloque de Izquierda y el Partido Comunista de Portugal (PCP), siguen negociando un pacto para gobernar con sus 122 escaños. "Esos esfuerzos van bien, lo que significa que este Gobierno que acaba de jurar será sustituido en breve", pronosticó Carlos César, presidente del PS.

Cavaco defendió que el nuevo Ejecutivo "no dispone de apoyo mayoritario en el Parlamento" y, por ello, debe hacer un "esfuerzo de diálogo y compromiso" con las otras fuerzas.

Si el gabinete de Passos es derribado, Cavaco puede optar por encargar gobierno al socialista António Costa, líder de la segunda fuerza más votada, o dejar el Gobierno en funciones hasta que haya nuevas elecciones, a partir de junio de 2016.