La suerte del líder ultraderechista

La justicia de Brasil deja a Bolsonaro camino de la inhabilitación política

El expresidente brasileño mintió ante los embajadores y, de todas las causas que se abrieron en su contra al concluir el Gobierno de ultraderecha, esa es la que parece encaminarse a un dictamen sin precedentes que lo dejaría fuera de carrera en los comicios de presidenciales de 2026 y 2028

El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, este miércoles, a su llegada a la sede de la Policía Federal para declarar.

El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, este miércoles, a su llegada a la sede de la Policía Federal para declarar. / Reuters

Abel Gilbert

 "A mi edad, me gustaría permanecer 100% activo en la política. Si me quitan los derechos, es una afrenta". Jair Bolsonaro puede convertirse en la semana entrante en el primer expresidente de Brasil inhabilitado políticamente por una alta instancia judicial. El Tribunal Superior Electoral (TSE) decidirá si el excapitán del Ejército, de 68 años, abusó de su poder cuando en 2022, en plena campaña proselitista, convocó a diplomáticos extranjeros para advertirles sobre la falta de transparencia de las urnas electrónicas, las mismas que le habían dado la victoria en 2018 pero que, de pronto, se volvieron la excusa a mano para impugnar lo que las encuestas auguraban: el triunfo de Luiz Inacio Lula da Silva.

Bolsonaro mintió ante los embajadores y, de todas las causas que se abrieron en su contra al concluir el Gobierno de ultraderecha, esa es la que parece encaminarse a un dictamen sin precedentes que lo dejaría fuera de carrera en los comicios de presidenciales de 2026 y 2028. El TSE nunca había obrado en esa dirección. En 1993, el presidente Fernando Collor de Mello fue destituido por corrupto. El Congreso lo inhibió de ejercer cargos públicos por siete años. Sobre la espalda de Lula cayó una medida de similar naturaleza. Pero el dictamen del juez Sergio Moro fue anulado por el Supremo debido a numerosas irregularidades que le permitieron al líder del Partido de los Trabajadores (PT) recuperar sus derechos políticos y volver a la presidencia.

Los siete jueces del TSE deliberarán el próximo martes y, de existir desavenencias, volverán a reunirse el jueves. De acuerdo con el diario carioca O Globo, Alexandre de Moraes, la principal autoridad del tribunal, ha logrado que los otros jueces desistan de frenar el proceso contra Bolsonaro. De Moraes, señaló su columnista Malu Gaspar, obtuvo de los ministros Kassio Nunes Marques y Raul Araujo, "la promesa de que darían sus votos" a favor de la inhabilitación. El entorno del exmandatario es pesimista. Estiman que la votación sería de 6 a 1 y solo un milagro político y judicial postergaría un mes más esa sentencia.

Pedido de clemencia

El propio Bolsonaro, quien retornó al país en abril pasado, procedente de Estados Unidos, abandonó brevemente su odio manifiesto a los magistrados para rogar clemencia. No solo al TSE sino al Supremo Tribunal Federal (STF), del cual también forma parte De Moraes, su blanco predilecto de las invectivas mientras gobernaba. A su vez, ha esgrimido en su defensa una jurisprudencia que ha beneficiado a otros mandatarios, Dilma Rousseff y el vicepresidente Michel Temer, quien ocupó su ese cargo después de la destitución parlamentaria de la representante del PT.

El excapitán no guarda demasiadas esperanzas en ser escuchado. Y por eso comparó su suerte judicial con "lo que está pasando" en Nicaragua, donde Daniel Ortega "mete presos a sus opositores", o en la vecina Bolivia. Allí ha sido juzgada la presidenta interina Jeanine Áñez por su participación en la conjura que sacó del Gobierno a Evo Morales en noviembre de 2019.

Brasileños divididos

"Excluir a Bolsonaro de la arena electoral es un acto de autodefensa", señaló Bruno Boghossian, columnista del diario 'Folha' de San Pablo. El jefe de la ultraderecha, añadió, "le ha hecho la vida fácil a los ministros del TSE que han empezado a juzgarlo". Durante años, "lideró una conspiración a plena luz del día para derribar la credibilidad del sistema de votación del país y dejó pruebas de un plan destinado a mantenerlo en el poder incluso si era derrotado".

Una encuesta de la consultora Genial/Quaest ha dado cuenta de que un 47% de los brasileños apoyan la inhabilitación del expresidente, contra un 43% que lo rechazan. El sondeo muestra no solo hasta qué punto la sociedad sigue dividida en relación a la figura de Bolsonaro. Ese respaldo es todavía el arma que creen tener los sectores más radicales para evitar cualquier tipo de condena. De hecho, el diario paulista 'Estado' acaba de consignar que el bolsonarismo se prepara para volver ingobernable al principal distrito de ese país, administrado por Tarciso Gómes de Freitas, un exaliado que ha hecho un pacto de convivencia con Lula.

Otras causas sensibles

Más allá de las inminentes novedades del TSE, el horizonte judicial del hombre que se pensó eternizado en el Palacio Planalto son inquietantes. Las causas en contra de Bolsonaro son varias, entre ellas su responsabilidad en el manejo de la pandemia que mató a más de 700.000 personas, o la escandalosa tentativa de apropiación de joyas obsequiadas por la monarquía saudí. Sin embargo, existe otro expediente más sensible, como ha recordado Cristiano Zanin, quien fue abogado de Lula y el presidente quiere que ocupe una silla en el STF. El letrado ha pedido que se redoblen los esfuerzos para establecer las conexiones de Bolsonaro con el intento de derribar las instituciones del Estado del 8 de enero.

Una de las pruebas más contundentes de su posible vinculación es el proyecto golpista que fue encontrado por la policía en la casa del exministro de Justicia Anderson Torres. El excapitán volvió a exaltar a los seguidores que tomaron Brasilia aquel domingo, una semana después de la asunción de Lula. "¿Qué golpe es ese que se da el domingo con señoritas con la bandera brasileña y la Biblia bajo el brazo?".

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