Brasil

Bolsonaro vuelve a declarar ante la Policía por una intentona golpista

El excapitán retirado acumula numerosas causas, entre ellas la divulgación de noticias falsas sobre el sistema electoral

Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil.

Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil. / EFE

Abel Gilbert

Desde que volvió a Brasil, luego de una prolongada estancia en Florida, Jair Bolsonaro consume a diario unos 1200 euros. Según el diario carioca 'O Globo', se trata del mayor gasto público de un expresidente en la historia republicana de ese país. Esa suma no incluye el dinero destinado a sus abogados. El excapitán retirado acumula numerosas causas. Una de ellas, la relacionada con la divulgación de noticias falsas sobre el sistema electoral, le acaba de valer una inhabilitación para ejercer cargos públicos de ocho años.

Las investigaciones sobre el intento de golpe de Estado del pasado 8 de enero van extendiendo un cercado a su alrededor. Bolsonaro tuvo que declarar este jueves en una sede policial en Brasilia donde negó haber participado de una conjura que había sido denunciada por Marcos del Val, un senador tan de ultraderecha como el líder de ese espacio.

Bolsonaro negó todo vínculo con el legislador, aunque admitió que, todavía en el Gobierno, lo recibió en su residencia oficial junto al exdiputado y expolicía ultraderechista Daniel Silveira, a quien había indultado después de recibir una condena de nueve años por atentar contra la democracia. La conversación tripartita se extendió unos 20 minutos durante los cuales, remarcó el exmandatario, "de ninguna forma" se habló de "golpes de Estado" porque, insistió, no lo habría "aceptado" ya que "siempre" se mantuvo en el marco constitucional.

De acuerdo con Del Val, quien entonces era su aliado, Bolsonaro y Silveira le propusieron que pidiera una cita nada menos que con Alexandre de Moraes, presidente entonces del Tribunal Superior Electoral (STE) y miembro del Tribunal Supremo Federal (STF) pero, sobre todo, el juez sobre cuyas espaldas el entonces presidente solía descargar su ira. La idea, dijo Del Val, era forzar a De Moraes a grabarlo en secreto diciendo algo comprometedor y que esas palabras permitirían incriminarlo. El arresto posterior del juez justificaría la permanencia en el Ejecutivo de Bolsonaro, a pesar de la victoria electoral de Luiz Inacio Lula da Silva en los comicios de octubre.

Contradicciones

Para la ultraderecha, De Moraes había creado las condiciones para su vuelta al poder. En principio, Del Val había dicho a la revista 'Veja' que fue Bolsonaro el autor de esa maniobra. Sin embargo, luego se desdijo y aseguró que el excapitán se mantuvo "en silencio" mientras se conversaba. En otra pirueta retórica, le atribuyó más tarde al mandatario la orden de "ejecutar la acción" y que, al ser advertido de que sería “un gravísimo crimen contra la democracia”, Bolsonaro huyó a Estados Unidos pocas horas ante de la asunción del líder del Partido de los Trabajadores (PT).

El prontuario de Del Val no lo favorece. A principios de febrero, De Moraes ordenó la apertura de una nueva investigación en su contra por haber divulgado ante la prensa aquella trama golpista. A la vez, la Policía Federal reclamó su arresto por intentar obstruir la investigación sobre el asalto a la sede de los tres poderes en Brasilia, el 8E.

 "¿Por qué iba a planear algo con el senador? La transición fue pacífica. Nadie del PT cuestionó que no fuera bien recibido. Todo se transmitió. Que él (Del Val) responda por sus actos", dijo también Bolsonaro al abandonar la sede policial.

Numerosas causas

Es la cuarta vez en lo que va de año que Bolsonaro se presenta ante la Policía Federal (PF) para declarar en el marco de una investigación. En mayo, negó su participación en la supuesta falsificación de certificados de vacunación contra el covid-19 investigada por las autoridades. Antes había comparecido para negar cualquier participación en los ataques contra las sedes de los poderes públicos en Brasilia en enero, así como por la entrada irregular a Brasil de valiosas joyas obsequiadas por Arabia Saudita en 2021.

Las frecuentes visitas del expresidente a una instalación de la PF coinciden con los intentos de la administración de Lula de borrar las huellas posibles de la ultraderecha en el Estado. El Gobierno anunció este jueves el cierre del Programa Nacional de Escuelas Cívico-Militares (Pecim) que había creado su antecesor como escudo pedagógico frente al "marxismo cultural". El exvicepresidente y actual senador por la derecha, Hamilton Mourão, calificó la medida de "revanchista".

Interrogan a su mano derecha

En este contexto, el pasado martes compareció ante la comisión investigadora del 8E en el Congreso el teniente coronel Mauro Cid, quien se desempeñó como secretario particular de Bolsonaro durante su gestión presidencial. El excapitán le delegaba numerosas tareas de confianza, entre ellas llevar el teléfono celular de su jee. Cid se presentó de uniforme ante los legisladores, lo que provocó un fuerte enojo de Lula. El oficial se encuentra detrás de las rejas desde mayo por haber falsificado certificados de vacunación. Delante de la comisión investigadora, invocó su derecho a mantenerse callado.