La ultraderecha en Brasil

Más problemas para Bolsonaro: avanzan las investigaciones por el intento de golpe de Estado

La detención del septeto, del que forma también parte el excomandante coronel Fabio Augusto Vieira, supone un avance en el esclarecimiento de lo que ocurrió el 8E

Manifestantes contra los resultados electorales y el gobierno del recién posesionado presidente Lula da Silva invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, en Brasilia (Brasil), el 8 de enero de 2023.

Manifestantes contra los resultados electorales y el gobierno del recién posesionado presidente Lula da Silva invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, en Brasilia (Brasil), el 8 de enero de 2023. / EFE

Abel Gilbert

"Sé los riesgos que corro en suelo brasileño, pero no podemos ceder", dijo el expresidente Jair Bolsonaro después de varios días de malas noticias. De un lado, uno fr sus excolaboradores ha complicado su situación en investigaciones de la Policía Federal y el Tribunal Supremo en una causa escandalosa, la de las joyas sauditas. Como si eso fuera poco, Klepter Rosa Gonçalves, quien estaba al frente de la Policía Militar (PM) de Brasilia, ha sido arrestado este viernes. Se lo ha acusado, junto a otros seis integrantes de esa fuerza de no haber impedido que miles de simpatizantes del excapitán del Ejército asaltaran el pasado 8 de enero las sedes del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo el pasado 8 de enero. Para la fiscalía no se trató de impericia. El alto mando de la PM capitalina tenía "sintonía ideológica" con el bolsonarismo más radical que, entre otras cosas, reclamaba que los militares entren en acción e impidan la permanencia de Luiz Inácio Lula da Silva en el poder.

La detención del septeto, del que forma también parte el excomandante coronel Fabio Augusto Vieira, supone un avance en el esclarecimiento de lo que ocurrió el 8E. Se los acusa de intento de golpe, daño al patrimonio y omisión del deber. El grado de sintonía de los policías con el estado conspirativo de la ultraderecha llegaba a tal punto que, remarcó la fiscalía, intercambiaban a través de sus teléfonos mensajes "de tenor golpista" y, además, compartían con Bolsonaro y su entorno la idea de que Lula había ganado los comicios de mala manera. "Según la prueba existente, los imputados tenían conocimiento previo de los riesgos y se adhirieron intencionalmente al resultado delictivo previsible, incumpliendo su deber funcional de actuar", subrayó la Fiscalía. Por esta causa se encuentra bajo arresto domiciliario el secretario de Seguridad Pública, Anderson Torres, quien se había desempeñado en el mismo cargo en el Gobierno de Bolsonaro.

Pocas horas antes de que fueran detenidos los integrantes de la PM, tomó estado público el testimonio que dio un hacker en la comisión parlamentaria que investiga la asonada. El informante, cuyo nombre se desconoce, acusó a Bolsonaro de buscar sus servicios para intentar invadir los sistemas electrónicos de votación.

Horizonte de complicaciones

El excapitán ha sido inhabilitado para ejercer cargos electivos hasta 2030 por haber puesto en duda la transparencia electoral. Tiene a su vez varias causas pendientes, entre ellas la que se ha abierto por los hechos del 8E y el escándalo de las joyas que le regaló Arabia Saudita al Estado brasileño y que intentó convertir en patrimonio personal.

Según Mônica Bergamo, columnista del diario Folha de San Pablo, el entorno de Bolsonaro no cree que el exmandatario pueda ser también arrestado a la brevedad, “Creen que el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, que lleva a cabo varias investigaciones, no tendría el coraje de arrestarlo sin una razón bien fundada”. Uno de esos motivos es que el expresidente obtuvo 58,2 millones de votos en las elecciones de 2022, a una distancia reducida de Lula.

"Vivimos tiempos difíciles", ha reconocido no obstante Bolsonaro este viernes. Esas dificultades se agravaron por los problemas judiciales que enfrenta su exedecán, el coronel Mauro Cid, actualmente bajo el régimen de prisión preventiva. El expresidente negó haberle ordenado que vendiera eos regalos. Cid, remarcó, tenía autonomía para tomar sus decisiones. Bolsonaro tomó la palabra después de escuchar que el abogado de su exedecán, Cezar Bitencourt, informara que su cliente se disponía a confesar esas operaciones por instrucción presidencial. Este viernes, sin embargo, Bitencourt dio marcha atrás. Cid no se confesaría. Solo haría algunas "aclaraciones" frente a los investigadores.

 En este contexto, De Moraes autorizó levantar el secreto bancario y fiscal del excapitán y su esposa, Michelle Bolsonaro. El titular del Supremo accedió a una solicitud de la Policía Federal (PF).