Segunda vuelta

Milei califica a Lula de corrupto y comunista y en Brasil temen por lo que ocurre en Argentina

"No solo no voy a hacer negocios con China, no voy a hacer negocios con ningún comunista; soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia", asegura

Javier Milei.

Javier Milei.

Abel Gilbert

La posibilidad de que un ultraderechista gobierne Argentina enciende alarmas en Brasil y otras partes del mundo. "No me reuniría con Lula da Silva. Es un corrupto y por eso estuvo preso y es un comunista", dijo Javier Milei, como si Jair Bolsonaro le prestara sus propias palabras. El economista, quien disputará la segunda vuelta con el peronista Sergio Massa el próximo 19 de noviembre, había acusado días atrás a Lula de interferir en la campaña argentina. Los anarco capitalistas, grandes amigos del clan Bolsonaro, han expresado además su desagrado por la presencia de asesores brasileños en el equipo de Massa.

Milei volvió a ratificar algo más que un deseo de tomar distancias de Brasil, el principal socio comercial de este país en la región. "No solo no voy a hacer negocios con China, no voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los comunistas no entran ahí. Los chinos no entran ahí. Putin no entra ahí. Lula no entra ahí. Nosotros queremos ser el faro moral del continente", sostuvo en el programa televisivo del escritor y periodista peruano Jaime Bayly.

Según el diario paulista Folha, Lula le dijo a sus interlocutores que el Gobierno brasileño no puede "volverse loco" con una eventual presidencia de Milei. Pero su ministro de Hacienda, Fernando Haddad, reconoció que ese escenario sería una amenaza para la región.

La respuesta del embajador argentino

El embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli, salió de inmediato en defensa del líder del Partido de los Trabajadores (PT). "Que Lula no es corrupto lo dijo el Tribunal Supremo de Justicia de Brasil, que habló de la utilización de la justicia con fines políticos". Scioli consideró "un absurdo" definir al presidente del vecino país como comunista. La refutación más contundente se encuentra en su propio Gobierno, "empezando por su vicepresidente", el centro derechista Geraldo Alckmin.

"El hecho que un candidato a presidente diga 'no voy a tener relaciones, no voy a hablar con Lula', no me parece ningún mérito, sino todo lo contrario". En ese sentido, Scioli remarcó que la bravata de Milei de cortar las relaciones preferenciales de Argentina con Brasil ni hablar con Lula "no tiene nada que ver con la realidad de integración que estamos viviendo en este momento". El exgobernador bonaerense se encuentra en la embajada argentina en Brasilia desde el inicio del gobierno de Alberto Fernández, quien recompuso los vínculos con el vecino país en 2020 y, por casi dos años se negó a reunirse con Bolsonaro.

"Se acerca Halloween y un fantasma recorre Argentina. El fantasma de un gobierno de extrema derecha. El disfraz de Javier Milei da más miedo que Jason y Freddy Krueger”, se señaló en Sensacionalista, la tradicional columna de humor del diario carioca O Globo. "Los brasileños hemos tenido que vivir con este horror durante cuatro años, sabemos cómo acaba esta película".

La ironía periodística encierra una verdad. Más allá de los exabruptos del ultraderechista, en círculos políticos y económicos brasileños se siguen con inquietud los acontecimientos argentinos. La amenaza de dolarizar la economía y hacer explotar el Mercado Común del Sur (Mercosur) ha sido tomada muy en serio, al punto de que el propio Lula gestionó respaldos internacionales que favorezcan a Massa como la entrada argentina al BRICS, que han integrado en un principio China, Rusia, India, Sudáfrica y Brasil. A la vez, Lula ha expresado a Joe Biden la preocupación por el peligro que representa la presencia de una mezcla de Donald Trump y Bolsonaro en la presidencia argentina. A tono con esa mirada, parte del equipo que diseñó en 2022 la campaña electoral de Lula ha llegado a Buenos Aires para apoyar a Massa.

Advertencia de 100 economistas

En este contexto, 100 economistas de prestigio internacional alertaron sobre las consecuencias "devastadoras" de un triunfo electoral de Milei. El francés Thomas Piketty fue uno de los coautores de esa declaración, suscrita entre otros por Jayati Ghosh (India), el serbio-estadounidense Branko Milanović y el ex ministro de Finanzas de Colombia, José Antonio Ocampo. Las propuestas del anarco capitalista están "plagadas de riesgos que las hacen potencialmente muy dañinas para la economía argentina y el pueblo argentino". Los especialistas reconocen que, para un país sumido en una profunda crisis, con una pobreza del 40%, "las soluciones aparentemente simples pueden ser atractivas".

Sin embargo, las consecuencias de un programa como el que levanta el ultraderechista, y que promueve recortes masivos del gasto público y la liquidación de los bienes estatales, además de la pérdida de la soberanía monetaria, pueden ser muy dañinas “en el corto plazo". Esas medidas incrementarían "los ya elevados niveles de pobreza y desigualdad, y podría dar lugar a un aumento significativo de las tensiones sociales y los conflictos".