Apenas tres semanas de excavaciones en tres catas predeterminadas han bastado al equipo dirigido por la arqueóloga Esperanza Martín para reafirmarse en lo que ya intuía desde que se iniciaran las prospecciones en Llanera en el año 2018: Lucus Asturum es un yacimiento arqueológico de primer orden que revela cómo este territorio estuvo en época romana en el epicentro de las comunicaciones y el comercio en el norte de la Península, atravesado por la vía Carisa desde León en su tránsito hacia Gijón y en una de las llanuras más apetecibles para los residentes del Imperio. Es más, queda demostrado que Lucus Asturum tuvo presencia romana estable durante cuatro siglos.

Así lo atestiguan las más de dos mil piezas rescatadas por la docena larga de arqueólogos que han trabajado en una finca próxima a Lugo de Llanera en las tres últimas semanas. La campaña se cierra mañana (viernes) y los resultados "son sorprendentes, ya que no esperábamos encontrar tantas piezas", reconoce la responsable de la excavación, Esperanza Martín. Entre sus hallazgos de estos días hay de todo. "Desde una suela de zapato de cuero hasta huesos de suidos, de bovinos, espinas de peces, ostras y mucha cerámica del hogar, desde vasijas hasta platos y restos de objetos de vidrio, junto con una piedra de molino del siglo I, algo muy habitual en las casas romanas, que eran autosuficientes y molían su propio grano", detalla Martín.

Esperanza Martín, ayer, en la excavación. | L. Palacios

Todo ello ha sido hallado en la cata que ha sacado a la luz los límites de las dependencias de una amplia casa romana, que los arqueólogos estiman de unos 600 metros cuadrados y en la que se ha descubierto una conducción para las aguas sucias. El año pasado ya salió a la luz un pozo aledaño que proporcionaba a los moradores agua de consumo, así como unas termas muy bien conservadas de las que se extrajeron muchos objetos que dan buena cuenta de cómo vivían los romanos.

La conclusión entre quienes investigan el pasado del concejo es unánime: "Este punto fue un enclave fundamental en el comercio y las comunicaciones de la época". Y es que entre la cerámica hallada en la casa romana que excavan estos días figuran piezas llegadas de otros puntos del Imperio, desde Francia hasta el valle del Ebro, lo que revela un intenso tráfico de mercancías, junto con otras muchas piezas de manufactura local, lo que a su vez da idea del auge de la zona.

La piedra de molino también ha sido un hallazgo curioso, así como una zona que se pensaba que era una muralla pero que resultó ser el límite de la zona rústica de la casa, convertida a su vez en escombrera. Curiosamente, es lo que más pistas da a los arqueólogos. "Es de donde se sacan más objetos comunes que desvelan el día a día de las poblaciones", apunta Martín, quien insiste en que "la mayor importancia de este yacimiento reside en que desvela un asentamiento continuado de población a lo largo de 400 años", a la vista de las modificaciones que sufrió con el paso del tiempo la casa que excavan. Y que, según asegura la arqueóloga, en toda la llanura de Lugo aguarda un gran tesoro arqueológico a la espera de ser descubierto.