El último día de excavaciones de la presente campaña de investigación en el yacimiento romano de Lucus Asturum, en Lugo de Llanera, ha deparado una notable sorpresa a los arqueólogos. En una de las catas, la más occidental, han aparecido los restos de un pozo en forma de cono que fue usado como vertedero por los moradores de la zona en el siglo I. De esta forma, se confirman las sospechas que los arqueólogos albergaban tras pasar el georradar por la zona en 2021 como preparación para los trabajos desarrollados este año.

Dos arqueólogos extraen piezas del pozo hallado ayer. | L. Palacios

También se confirma, tal y como explica Esperanza Martín, responsable de la excavación, que en el área en el que han trabajado durante las últimas tres semanas «hubo población constante con unidades relacionadas entre sí». Estos días se ha realizado una prospección geofísica electromagnética que ha revelado la existencia de otros edificios alrededor de la casa de la que se siguen sacando nuevas dependencias a la luz. Con todo ello sobre la mesa, «hemos podido observar que se trata de una unidad doméstica aislada en su entorno, con estructuras asociadas que nos permite ver cómo hay una zona de paso, varias zonas de basurero y diferentes áreas de hábitat muy cercanas», precisa la arqueóloga.

Por tanto, se está constatando una presencia humana que se remonta ya al Paleolítico, porque están apareciendo numerosos restos de esa época prehistórica, en un terreno que en su día fue una inmensa llanura muy apetecible para vivir. Fue ocupada posteriormente por los pobladores romanos durante cuatro siglos de forma ininterrumpida.

En el pozo usado como basurero hallado ayer, justo al final de los trabajos de esta temporada, se han encontrado varias piezas enteras. Los arqueólogos se afanaban en la extracción de una vasija que, aunque en trozos, podrá ser reconstruida para arrojar más luz sobre el pasado romano de Llanera y de Asturias, que se presume muy importante.

Más de 2.200 piezas han sido rescatadas para su catalogación durante estos días. Tras pasar por el laboratorio y hechos los estudios pertinentes servirán para describir una zona «con un comercio muy intenso», dado que se encontró cerámica de la provincia gallega de Lugo (Lucus Augusti), así como del sur de Francia, del valle del Ebro e, incluso, de la Subbética y hasta del corazón del imperio en Itálica.

Platos, vasos de vidrio, vasijas, fuentes, la suela de un zapato, espinas de peces y ostras de todo tipo, así como varias piezas de molino para moler el grano de forma diaria, dan fe de la vida cotidiana de las familias que ocuparon la zona de forma permanente durante cuatro siglos. De ellos es testimonio también un pequeño trozo de calzada, que podría ser un ramal secundario hacia las casas, sobre la que los romanos dejaron una huella indeleble que ahora sale de nuevo a la luz para fascinar veinte siglos después.

Desvelar la planta de la casa hallada el año pasado, objetivo para 2023

La intención de los arqueólogos es clara: seguir excavando el año que viene en la unidad doméstica de Lucus Asturum en la que ya se trabajó el año pasado, para sacar a la luz la planta completa de la casa. «Ya vamos por la habitación número ocho y queremos sacar todas las dependencias a la luz», sostiene Esperanza Martín, quien quiere dejar claro que «si estos trabajos se están llevando a cabo es por el empeño del Ayuntamiento de Llanera, que nos llama y año tras año quiere continuar con el trabajo». «Gracias también a Juan García, el dueño de la finca», añade la arqueóloga. Lo hallado en cada campaña se tapa con tierra para preservarlo bien. La idea es sacar la casa entera a la luz y mostrarla al público. Se trata de una intervención para la que serán necesarios unos medios económicos que el Principado sigue demorando.