Un ejército de jóvenes de toda España hace guardia en Llanera esperando por el Boombastic: "He dormido fatal, pero merece la pena"

Festivaleros vascos, vallisoletanos o madrileños toman sitio en el enorme camping, que se sitúa a lo largo de dos kilómetros, y algunos de ellos repiten: "Aunque lo tengamos en Madrid, nos gusta mucho el Boombastic de Asturias"

La organización, que ya ha agotado los abonos de tres días, espera que pasen por el recinto 50.000 personas cada día

VÍDEO: Gran ambiente en el Boombastic en la víspera de que empiece el programa del festival

Rodrigo Hernández/ Nuria M. Morán

Nuria M. Morán / Rodrigo Hernández

Los conciertos del esperado festival Boombastic Asturias empiezan este jueves. Tres días repletos de música en los que actuarán artistas de la talla de Bizarrap, Duki o Quevedo. Gente de todas partes de España asiste a este evento multitudinario y ya han llegado a La Morgal (Llanera). Incluso hay quienes acumulan dos días de acampada. "Estos dos días han sido matadores; he dormido fatal, pero merece la pena", comentaba este miércoles Ane Herrero, de País Vasco. De hecho, todos los abonos generales están ya vendidos. Si aún hay alguien que quiera asistir tendrá que conformarse con las entradas de día. Se espera que por el recinto pasen unas 50.000 personas diarias.

Este segundo año de Boombastic Asturias no se celebrará en los jardines feriales de Llanera. La nueva ubicación es La Morgal y cuenta con una superficie mucho mayor. Además, contará con un pequeño parque de atracciones dentro del recinto, que incluye una noria desde la que se pueden ver tres de los cuatro escenarios. Uno de ellos, destinado a música electrónica, se encuentra dentro de una carpa de rayas rojas y blancas. "Parece un circo", comentaban algunos campistas.

El 18 de julio fue el primer día en el que aquellos que se quedan en el camping del festival podían instalarse en el recinto. La zona de descanso se divide en diferentes secciones llamadas como algunos de los artistas invitados, por ejemplo "Zona Mora" o "Zona Rels B". Además, dentro de cada una de ellas hay una subdivisión de filas numeradas. Todo esto hecho con la intención de que los campistas recuerden bien dónde está su tienda. Están ubicadas a ambos lados de una carretera de dos kilómetros de largo. Además, han fletado unos trenes que hacen viajes varias veces al día a través de toda la zona de descanso, debido a su longitud.

"La accesibilidad al camping es bastante mala", lamentaba Pablo Nieto, de Valladolid. Su amigo Alejandro Alonso añadía a esto que la caminata "fue horrible. Tuvimos que andar 30 minutos cargados con todas las cosas". "Además, esta parcela tiene cemento y no éramos capaces de clavar la tienda", explicaban. Pero, con todos los inconvenientes de un evento de tal magnitud, para ellos merece la pena. Y mucho. Pablo Nieto afirmaba que espera "una experiencia inolvidable de este festival, que además es el primero al que voy".

Ane Herrero y su amiga Paula Saiz, también vasca, mencionaban que no han visto que haya mucha seguridad a la hora de entrar: "No pidieron DNI ni nada, solo hicimos la cola y enseñamos la entrada". Destacaban que fue bastante fácil el proceso de conseguir la pulsera "cashless" (para abonar consumiciones sin llevar dinero y que también sirve de acceso). La única pega es la enorme cola que se originó ambos días. "Personalmente, tengo ganas de ver a Bad Gyal y Mora. No tengo tanta preferencia con los demás porque, por ejemplo, a Quevedo lo voy a ver en otro concierto", añadía Ane.

"Pasarlo bien con los amigos". Es lo que más le apetece a Adrián Manzal, que también viene de País Vasco junto a su amigo Markel Olarza. "Hay algún artista que me pierdo, es una putada que se pisen; pero al final tienes que elegir al que más quieras ver", mencionaba uno de ellos, mientras que el otro no va a ir a los conciertos "hasta las 11 porque son los más guapos, y yo creo que van todos seguidos".

Hay mucha presencia del País Vasco porque, como mencionaba Aimar Martín, "el festival nos pilla bastante cerca de donde vivimos". En su caso, al que más ganas tiene de ver es a Quevedo porque le gusta su música y también "que un artista español esté ahora en lo más alto".

Viaje al interior del Boombastic: un recorrido en moto por el recinto para verlo todo en menos de tres minutos

Paula Tamargo

La carretera entre Lugo y Posada de Llanera se ha convertido estos días en un ir y venir de innumerables grupos de jóvenes cargados de maletas, neveras, sacos de dormir y tiendas, entre otros enseres y provisiones. Aunque las nubes predominan en el cielo, a muchos de ellos se les pudo ver en bañador o con ropa ligera. La temperatura se hizo más llevadera este miércoles, cuando se levantó algo de viento.

A pesar de que dentro del recinto hay un supermercado de una famosa cadena habilitado para los campistas, algunos de ellos prefieren acercarse a una de las dos localidades cercanas a comprar. Álvaro Aguilar, María Serrano y Laura Aguilar, madrileños todos ellos, entraban a la zona de descanso con garrafas de agua y enormes bolsas de otro supermercado. "Ya vinimos el año pasado y, aunque haya también un Boombastic en Madrid, nos gusta mucho este", comentaban sobre su asistencia a la edición del festival que se celebra en el Principado.

Este Boombastic Asturias 2023, que se realiza los días 20, 21 y 22 de julio, cuenta con una gran cantidad de artistas del primer escalafón de la escena urbana. Entre ellos, cabezas de cartel como Mora, Bad Gyal, Eladio Carrión, Quevedo, Duki, Natos y Waor, Bizarrap y Rels B.