Cultura publica el expediente para la declaración como BIC del yacimiento Lucus Asturum

El trámite, que ya estaba anunciado desde hace casi un año, se ha publicado en el Boletín Oficial del Principado

Un momento de las excavaciones en el Lucus Asturum, en Lugo de Llanera, este verano.

Un momento de las excavaciones en el Lucus Asturum, en Lugo de Llanera, este verano. / P.T.

A. R.

Llevaba tiempo anunciado, pero finalmente la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte ha procedido a incoar el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, del yacimiento identificado como Lucus Asturum, que está ubicado en el concejo de Llanera, en lo que se conoce como la Ería de La Castañera, a menos de un kilómetro de la actual localidad de Lugo.

Los restos que en los últimos años se han ido localizando en dicho yacimiento "constituyen un significativo testimonio de la ocupación del área central de la actual Asturias en las épocas romana y medieval", resaltan en el expediente, que este viernes se publicó en el BOPA. Según los expertos, es de destacar, especialmente, "la importancia del enclave, considerado un vicus viarii (aglomeración de tipo secundario y configuración diseminada), al menos durante la segunda y tercera centuria d. C. Segundo.

Desde hace más de diez años la Consejería de Educación, Cultura y Deporte incluyó dicho yacimiento en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias el yacimiento denominado “Área de poblamiento romano Lucus Asturum”. Pero con el tiempo y "la relevancia de los restos identificados" en junio del pasado año el Pleno del Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias acordó informar favorablemente que se abriera un nuevo procedimiento administrativo para la declaración BIC del yacimiento arqueológico.

La memoria histórica que acompaña al expediente recopila todo lo que se lleva sabido hasta ahora del yacimiento y recuerda que el topónimo Lucus Asturum es mencionado por primera vez como civitas en la Geographia de C. Ptolomeo (s. II d. C.), no volviendo a registrarse hasta su cita en el Anónimo de Ravena, como Luco Astorum, ya en el s. VII.

"Según apuntó Requejo Pagés (2014), la denominación de Lucus Asturum alude, por tanto, a dos realidades o entidades: por un lado, al núcleo de población, a la civitas ptolemaica, caracterizado arqueológicamente como un vicus viarii, un aglomerado secundario de configuración dispersa asociado a la red viaria, y, por otro, a la mansio itineraria citada en el Ravennate, sobre cuya ubicación existe consenso a la hora de localizarla en el solar y entorno de la antigua iglesia parroquial de Santa María, con una posición central sobre el territorio de Llanera", recoge el documento.

La fertilidad arqueológica de esta área de Llanera es bien conocida desde hace varios siglos. Ya en 1695 se referían hallazgos de edificios en estos terrenos, "sucediéndose las noticias desde entonces de hallazgos estructurales y materiales, intensificándose las mismas a partir de las primeras intervenciones arqueológicas en 1926. La investigación se ha centrado prioritariamente en el entorno de la antigua iglesia parroquial de Santa María de Lugo de Llanera y casa rectoral, donde se han llevado a cabo diversas campañas de excavación arqueológica en las décadas de los años 80 y 90 del siglo XX, encabezadas por Olávarri Goicoechea en 1981 y por Carmen Fernández Ochoa y Rosa Cid ente 1987 y 1995. "Dichas intervenciones obtuvieron resultados muy significativos. Aparte del descubrimiento de una necrópolis de época medieval (s. X-XII), en una de cuyas tumbas se localizó, reutilizado como cubierta, un interesante cancel altomedieval, se determinó la presencia de una ocupación del espacio en época altoimperial romana, identificándose en ella dos fases y hallándose materiales tan destacados como una ara dedicada a los dioses Lares", recoge el expediente.

No será hasta el año 2015 cuando se retome la investigación arqueológica en el área de Lucus Asturum, con el impulso del Ayuntamiento de Llanera y combinando trabajos de teledetección y de excavación bajo la dirección de la arqueóloga Esperanza Martín Hernández. La investigación se mantiene hasta la actualidad.

El expediente incluye un breve extracto de la extensa Memoria técnico-histórica que obra en el expediente del Servicio de Patrimonio Cultural relativo a la propuesta de protección patrimonial, elaborada por la arqueóloga Esperanza Martín. Extracto que dice lo siguiente:

"En estos años se ha trabajado sobre un espacio termal de notables dimensiones, así como sobre una vivienda con estancias distribuidas en torno a un patio con pozo. La presencia romana en la Ería de La Castañera, en torno a la vieja iglesia de Santa María, se constata a partir de la primera mitad del s. I d. C., extendiéndose hasta el siglo IV en el área excavada en el Prao Lugo y fines del s. V-inicios VI en el área de la Rectoral.

Destacaría la importancia del enclave, considerado un vicus viarii (aglomeración de tipo secundario y configuración diseminada vinculada a ejes de comunicación), al menos durante la segunda y tercera centuria d. C. En su formación y desarrollo se habría visto favorecido por su posición privilegiada en el entramado viario que vertebraba el territorio astur transmontano, en el área de encrucijada de la ruta entre la capital conventual, Asturica Augusta, y la costa cantábrica astur y la ruta hacia los núcleos mineros del occidente astur: la vía Lucus Asturum - Lucus Augusti.

Resulta asimismo interesante la perduración en época tardía y medieval de la ocupación de este espacio, con testimonios materiales significativos, como la necrópolis de la desaparecida iglesia de Santa María de Lugo, en cuya excavación se halló un notable fragmento de cancel, y numerosas referencias en documentación de época medieval".

Principales estructuras documentadas de época romana: Entre los restos identificados hasta el momento en La Ería de La Castañera, en la que los trabajos de prospección geofísica realizados ofrecen indicios de diferentes estructuras de diversos tamaños dispersas apuntando a una ocupación extensa, cabe destacar especialmente dos edificaciones, una de ellas destinada a uso termal y la otra a vivienda.

1. Edificio termal: Gran estructura con eje longitudinal Sur-Norte, de aproximadamente 50 metros de largo y hasta 15 m de ancho, que ofrece una superficie interna no inferior a 800 m². Se halla constituido por siete estancias definidas por muros levantados con bloques y mampostería de piedra y cuyos paramentos al interior de las salas se hallan enfoscados con varias capas de mortero. Las cubiertas serían de tegula sobre entramado de madera, a tenor del volumen de latericio de cubierta recuperado. Entre dichas estancias se encuentra una hipocaustada, de grandes dimensiones, y en la que el hallazgo de varias zonas con moldura en cuarto de bocel realizada en signinum de alta calidad indica la presencia de una bañera de grandes dimensiones que descansaría sobre la suspensurae de pilae. A ella se suma una piscina, asimismo realizada en opus signinum de alta calidad, localizada en la sala más occidental del edificio. En esta estancia se conserva aproximadamente medio metro de alzado de muros con sus correspondientes revocos y decoración pictórica polícroma sobre fondo blanco. Colindante a la piscina se ha identificado una posible zona de letrinas. Los materiales recuperados durante la excavación ofrecen una cronología para este espacio comprendida entre finales del siglo I o inicios del II d. C. y el siglo IV d. C.

2. Espacio de vivienda: Conjunto habitacional compuesto por diferentes estancias de diversa funcionalidad, que permiten interpretar el grupo como una casa dotada de patio con pozo. La secuencia constructiva permite hablar de dos o tres fases de uso de este espacio, constatables no sólo en la superposición de muros, sino también en los basureros excavados. La construcción parece identificarse con una casa de zócalo de piedra y alzado de los muros en adobe y/o tapial. Se han recuperado restos de negativos de envarado y fragmentos de barro con improntas vegetales. La escasa presencia de tegula en este espacio pudiera indicar la presencia, al menos en la última fase, de cubiertas vegetales. Cronológicamente, la ocupación del inmueble puede cifrarse en al menos dos o tres centurias, a tenor de los materiales recuperados, con una perduración de hasta, al menos, el siglo IV. "

Añade el estudio que "Especialmente significativa es la presencia de un pozo de agua, cuyas piezas correspondientes al brocal habían sido arrojadas al interior de manera intencionada y que ofrecen una medida en altura sobre el nivel del suelo de 0,70 metros, a los que se suma una profundidad de, al menos 2,65 m. La excavación de este pozo ha arrojado un interesante conjunto de materiales, incluyendo elementos orgánicos en excepcional estado de conservación gracias al estado anaeróbico del sustrato. Entre ellos se hallan restos de calzado de cuero, piezas de madera o restos de poda".

Entre las principales estructuras documentadas de época medieval estaría, cit, "la finca de la casa rectoral y asentada sobre las ruinas de época romana, donde se ha localizado una extensa necrópolis de inhumación. Los enterramientos, de los que se excavaron 55, corresponden a tumbas de lajas, siguiendo un modelo al uso ampliamente difundido a partir de los siglos IX-X. Dicha necrópolis corresponde a la desaparecida iglesia de Santa María de Lugo de Llanera, para la que la cita más antigua se encuentra en la donación de Alfonso III a la iglesia de Oviedo en el año 905, si bien puede suponerse un origen anterior en base a la presencia del citado cancel altomedieval".