Los antiguos guardas del Icona se reencuentran en Llanera: "Fueron una generación ejemplar"

Una treintena de profesionales, la mayoría ya jubilados, rememoran su labor antes de que las competencias pasasen al Principado en 1984

Foto de familia de los asistentes al encuentro de ayer en Llanera. | J. A. O.

Foto de familia de los asistentes al encuentro de ayer en Llanera. | J. A. O. / J. A. O.

J. A. O.

"Aquí hay entre 2.300 y 2.400 años de experiencia en los ríos y en los montes de Asturias". Con este toque de humor presentó Juan Carlos del Campo a la treintena de guardas rurales que trabajaron en el extinto Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) y que ayer se reunieron en un restaurante de Llanera para reencontrarse después de mucho tiempo y recordar un sinfín de anécdotas de sus tiempos en activo. Muy especialmente de los primeros años ochenta del pasado siglo, justo antes de que las transferencias en la materia fueran asumidas por el Principado en 1984. Tanto el alcalde de Llanera, Gerardo Sanz, como el de Salas, Sergio Hidalgo, se acercaron a saludar a los asistentes.

Gerardo Sanz, dirigiéndose a los antiguos guardas del Icona. | J. A. O.

Gerardo Sanz, dirigiéndose a los antiguos guardas del Icona. | J. A. O. / J. A. O.

Según recordó Del Campo, que trabajó como jefe de servicio, la guardería del Icona estaba integrada por 140 personas en unas condiciones muy diferentes a las actuales. Y es que, tal y como apuntó echando la vista atrás, en 1980 se sacaron de los ríos asturianos unos seis mil salmones, cuando en la actualidad apenas se llega a doscientos, y, en cambio, se cazaron menos de 500 jabalíes por los más de 14.000 de ahora. Además, el gran promotor de este primer encuentro de guardas del Icona llamó la atención sobre el hecho de que hace cuarenta años todavía estaban contabilizados en la región medio millar de cantaderos de urogallos, o que se capturaban anualmente hasta 50 toneladas de angula, cifras muy superiores a las actuales. "Eran otros tiempos", reconoció con una sonrisa.

Al final de la comida de hermandad intervino el veterano cazador Juan Ramón Jiménez, quien mostró el "agradecimiento" de los aficionados a la práctica cinegética. "Los actuales son unos grandes profesionales, nadie lo duda, pero nada que ver con vosotros, que sois una generación irrepetible", afirmó visiblemente emocionado.

También tuvo palabras muy cariñosas para el personal del Icona el alcalde llanerense, destacando la labor llevada a cabo por estos profesionales en defensa del campo asturiano. Además, les invitó a acercarse al recinto ferial de Ables en el que durante este fin de semana se celebra una nueva edición de la feria ganadera de San Isidro, para que pudieran conocer de primera mano los preparativos de la cita.

A la comida de los guardas de ayer, algunos de los cuales superan los noventa años de edad, mientras que otros estuvieron representados por sus descendientes, no faltó el actual guarda mayor de la Patrulla Oso del Principado, Miguel Fernández, quien, según indicó, ya está próximo a la jubilación. En los corrillos que se formaron, recordó que entró en el Icona a los 24 años de edad y que tuvo la "suerte" de trabajar con buena parte de los profesionales reunidos en Llanera, de los que destacó su "gran colaboración". A la hora de analizar cómo ha ido evolucionando la profesión en las últimas décadas, Fernández valoró muy especialmente "el haber pasado de tres osas con crías a alrededor de treinta". Además, advirtió de que la labor de los guardas "está cambiando en cuanto a las horas y a la dedicación, que antes era prácticamente absoluta".

Pero si algo quedó claro en el emotivo encuentro es que la camaradería entre los antiguos guardas del Icona sigue intacta cuatro décadas después, así como la gran vocación mostrada por estos profesionales para la defensa de la riqueza natural del Principado. "Fueron y son excepcionales", resumió Del Campo antes de que todos los presentes formaran juntos para una histórica foto de familia.