Oviedo,

María José IGLESIAS

La leche, el pan, los huevos y la harina costarán un veinte por ciento más a partir del otoño. La escasez de materias primas en el mercado tiene la culpa.

Dirigentes de las principales industrias lácteas españolas, como el consejero delegado de Capsa, Pedro Astals; el presidente del Grupo Leche Pascual, Tomás Pascual; el actual presidente de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), Nicolás López; responsable para España y Europa del Sur del grupo francés Bongrain, y el presidente de Industrias Lácteas Asturianas-Reny Picot, Francisco Rodríguez, ya han alertado en diferentes ocasiones acerca del aumento de la cotización de la leche en origen.

El déficit de leche en los mercados es un riesgo del que organizaciones como la Federación de Productores Lácteos (Prolec) o la propia Fenil llevan advirtiendo desde hace meses.

Las alarmas se dispararon la pasada primavera, cuando la cotización de la leche en polvo batió récords y superó los 5.000 dólares por tonelada. A medida que las torretas de leche en polvo de las empresas se iban vaciando, los empresarios tomaban conciencia de que los precios tendrían que subir.

El espectacular incremento del consumo de lácteos en Asia y el auge de los biocombustibles, que han subido los precios de los forrajes, el trigo y el maíz en los mercados mundiales, son otras de las causas que han originado un nuevo ciclo para el sector agrario europeo.

El corsé de las cuotas

En el caso concreto del sector lácteo, existen varios factores añadidos que agravan aún más la situación. La producción de leche en la Unión Europea está sujeta a cuotas, se trata de un sistema encorsetado en el que el ganadero tiene las manos atadas. En España, desde que gobierna el Partido Socialista, los ganaderos no pueden comprar ni vender cuotas libremente. Por si fuera poco, aun considerando que los ganaderos puedan aumentar su cuota -la Unión Europea tiene previsto un aumento lineal para todos los países en 2009-, en el mercado no hay vacas suficientes para cubrir la demanda de leche que se avecina, procedente de países como China, la India o Rusia.

No es un problema que pueda resolverse de la noche a la mañana. Una novilla necesita al menos dos años para empezar a producir leche. Uno de los mejores termómetros de España es el mercado de ganados de Pola de Siero. Desde hace más de un año los tratantes y ganaderos se vuelven locos para comprar terneras de recría.

La situación puede extrapolarse a países como Francia. La causa es el abandono masivo de las ganaderías de leche y la apuesta por la cría de vacas y terneros para carne, un sector que hasta ahora se consideraba más rentable que el lácteo.

Pese a la preocupación que reina en el sector, la Comisión Europea (CE) cree que no es necesario tomar en estos momentos medidas inmediatas en respuesta a la falta de oferta de leche en varios países como España, Alemania o Reino Unido, pues estima que se trata de una situación propia del funcionamiento del mercado, según informaron fuentes comunitarias. La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, ha anunciado varias veces que quiere terminar con el sistema de cuotas que regula la producción lechera de la UE

La Comisión está preparando un informe sobre la regulación del mercado lácteo. Dentro de la reforma de la política agraria comunitaria (PAC) que la UE abordará en 2008 se revisará la organización común del mercado de la leche.

Pase lo que pase las cuotas se mantendrán hasta finales del año 2014. Hasta entonces, ganaderos e industrias tendrán que adaptarse a las nuevas condiciones del mercado con las armas a su alcance.

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