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DAVID FERNÁNDEZ GONZÁLEZ | Cabo primero, 41 años, Gijón

"Me encantaban las historias de la mili de mi padre en el Sahara"

La cabo Inmaculada Rivero, de la localidad pongueta de Viegu, lleva quince años en la milicia. "Me encantaban las historias de la mili de mi padre, cuando estuvo destinado en el Sahara", asegura orgullosa. Le sonaba bien aquella música y terminó en el regimiento "Príncipe". Estuvo en la base "Cervantes" de Marjayún, en el sur del Líbano, en 2007 y 2009, y en la última misión de Afganistán, en Qala e Naw, en la sección de mando del batallón "Toledo". Fueron dos destinos muy diferentes y exigentes. En el Líbano sufrió las altas temperaturas del verano en Oriente Próximo, y en Afganistán los rigores del invierno. "Pero somos del Norte, estamos acostumbrados a las nevadas y al frío", asegura.

La sección de mando, reconoce, no pasó muchos apuros en la misión afgana, pero resultó una experiencia muy fructífera. "Todo el entrenamiento que has recibido lo llevas a la práctica, con lo que, profesionalmente, es una gran experiencia", asegura. Con la población civil tuvo más relación en el Líbano, donde los soldados del "Príncipe" se interponían entre el Ejército israelí y las milicias de Hezbolá. "Yo creo que la gente comprendía el objeto de la misión y nos querían allí", señala. La pongueta cree que estas misiones dan una buena imagen de España.

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