Vicente Luque Cabal, antiguo directivo de Hunosa y ex jefe adjunto del Programa de Redes Transeuropeas de la Comisión Europea (UE), acaba de ser distinguido con el premio "Ingeniero del Año" en Asturias, que concede la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón de la mano de la Fundación Caja Rural. El jurado valoró la impecable trayectoria del salense y su intensa vinculación con la región. En esta entrevista realiza un amplio repaso a los principales retos y oportunidades de Asturias.
-¿Más de allá de 2018 tiene futuro la minería en Asturias?
-Depende de que seamos capaces de sentarnos a analizar la situación y decir la verdad. Puede haber mecanismos absolutamente conformes con el sistema comunitario por los que algunas explotaciones, las mejores, puedan continuar.
-¿Algunas de ellas están en Asturias?
-Sí, en la cuenca occidental, pero con una condición, que la central térmica continúe.
-¿En qué medida condicionó el sistema de prejubilaciones mineras?
-El día que se instalaron las prejubilaciones se acabó la minería. No puedes pedirle a una persona que le quedan dos o tres años para jubilarse que se esfuerce, que tenga el espíritu del minero de la época. Y, por otro lado, aquí el gran problema es que nunca se quiso analizar seriamente la realidad y decir la verdad, porque si la hubieran dicho se hubiera buscado solución para la gente que estaba en la minería y se hubiera podido iniciar un verdadero plan de reconversión regional como en muchas cuencas europeas.
-¿Cómo se pueden compaginar políticas energéticas y de impulso industrial con planes para atajar el cambio climático?
-La estrategia de España en la lucha contra el cambio climático nos está saliendo muy cara, en especial a Asturias, porque se ha cargado todo el esfuerzo en el sector eléctrico. Y la parte regulada del coste de la electricidad, donde se han metido todos los costes derivados de la borrachera de renovables, sobre todo la solar, ahora lo estamos pagando con el déficit de tarifa. Y Asturias, que no se caracterizó por las inversiones en parques solares costosísimos, tiene que pagar la consecuencia de una tarifa alta para una industria muy intensiva. Quisimos ser los campeones mundiales de la lucha contra el cambio climático cuando España emite menos del 1% de las emisiones mundiales de CO2, o sea, aunque llegáramos a 0, el impacto es nulo. Entonces vamos a ser prudentes y controlar competitividad y seguridad de aprovisionamiento junto con la protección del medio ambiente.
-¿Que las eléctricas no se interesen por el ciclo combinado de El Musel obliga a pensar en otra estrategia?
-El problema es que no hay demanda porque España en un momento dado optó por el gas. Los ciclos combinados están trabajando en este momento como respaldo de las energías renovables y sólo funcionan a un rendimiento muy bajo. Creo que la tasa de utilización anda por el 30%.
-¿Tienen futuro las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2?
-Eso está todo parado porque el precio de los permisos de CO2 se hundió. Se esperaba unos 15 o 20 euros y llegó a casi cero. Y ése es otro tema serio porque hemos comprado muchos permisos de CO2 a China. Además, para que la captura de CO2 tenga un impacto tengo que captarlo en cientos de centrales térmicas. ¿Alguien se va a imaginar que en China o India van a modificar centenares de centrales térmicas para almacenar CO2? El CO2 podría ser interesante si lo podemos utilizar para lo que se llama la recuperación aumentada de petróleo o de gas, pero con las locuras que se han montado aquí con el "fracking" vete a hacer un depósito de CO2 en algún lado.
-¿Sigue habiendo posibilidades en torno al "fracking" pese a sus detractores?
-Se nos ha dicho que el petróleo y el gas se acababan, pero resulta que podemos explotar cantidades masivas de petróleo y gas. Hay un "lobby" tremendo en torno a este asunto cuyos intereses me gustaría conocer, pero en Asturias el tema se puede entender muy bien porque una mina de carbón, cuando se explota, produce un "fracking" masivo y todo lo que está encima de la enorme sábana de carbón se fractura y se hunde. La zona de La Camocha y las cuencas mineras están macrofisuradas y nunca pasó nada. La gente escuchaba cuándo se disparaban las galerías, y ya en mi época en Hunosa hicimos campañas sísmicas y teníamos seísmos por la zona, veinte todas las noches. Un sondeo puede fallar, pero es rarísimo hoy día con el control que hay. El "fracking " puede ser energía para todos y liberarnos de esta dependencia tremenda que tenemos con Rusia para el gas y con el petróleo en Oriente Medio.
-¿Hay posibilidad para las energías marinas en el Cantábrico?
-No, sería muy caro, pero la pregunta que tenemos que hacernos es si podemos construir equipos, que es algo que ya se está haciendo muy bien desde Avilés. También se puede hacer desde Gijón, cerca del puerto. Hoy se están requiriendo turbinas de 20 megavatios, palas de 100 metros y diámetros de 180 metros, y se está hablando de ir a profundidades cada vez mayores. Instalar toda esa tecnología en el Cantábrico nos obligaría a pagar los kilovatios, y es muy caro, pero si lo instalas en el Mar del Norte pagan ellos.
-¿Qué opina de la estrategia de especialización inteligente de Asturias?
-Es un tema para la parte de innovación y de I+D de los fondos estructurales, es decir, lo que busca es que no derivemos los fondos estructurales en 20.000 cosas y nos concentremos en unas pocas. La impresión que tengo, y la cotejé con otra gente, es que en casi todas las regiones se hizo una especialización inteligente para mantener sus centros tecnológicos de excelencia. Puede ser muy buena cosa o puede ser hacer clientelismo. Sería muy importante que funcionasen y que alrededor de eso se creara una industria. El sector energético tendría que estar más presente en esa especialización, así como la renovación energética de edificios e investigación de materiales.
-¿Puede servir esa estrategia para la captación de fondos europeos?
-Aquí lo que hay que captar son fondos de I+D del programa "Horizon 2020", de los programas competitivos, de "Conectar Europa", de redes transeuropeas de transporte, de energía, ahí es donde está el dinero.
-¿Asturias tiene oportunidad de seguir captando fondos europeos?
-Ya no existen fondos de cohesión para España y afortunadamente salimos de entre las regiones menos desarrolladas, pero ahora tenemos menos fondos y hay que optar en convocatorias competitivas. Para eso hay que presentar muy buenos proyectos y buscar buenos socios, no está fácil. Con "Horizon", que es el programa de I+D, creo que se cometió el error de que financia más del 100% y hay una demanda impresionante, su tasa de éxito anda por el 10%. Eso produce mucha frustración, pero hay que luchar.
-Las obras de la variante ferroviaria de Pajares han sido un caballo de batalla importante para abrirse a Europa.
-Asturias tiene un punto central que es el puerto de El Musel. Es nuestra conexión con el mundo y una gran parte de nuestras infraestructuras hay que enfocarlas como corredores por los que circulan personas y mercancías que convergen en El Musel para que sea un verdadero puerto transeuropeo. Y para que un puerto funcione, los accesos por ferrocarril, carretera, etcétera, tienen que funcionar. La variante de Pajares, en mi opinión, tiene que servir para disponer de servicios ferroviarios modernos, lo que en algún momento se llamó altas prestaciones, más que Alta Velocidad. La red transeuropea de transportes se ha concebido como una gran red multimodal de carreteras, ferrocarriles, puertos y autopistas del mar, pero la Comisión ha dicho que para que esto se desarrolle de una forma más rápida y eficaz va a definir unos corredores en los que dar prioridad a los 26.000 millones que existen.
-¿Cuáles se han definido en España?
-El Mediterráneo, del que todo el mundo habla, y el Atlántico, que está olvidado, y viene de Portugal hacia el eje de Castilla y País Vasco a la frontera. Se olvidaron de toda la cornisa cantábrica. Gracias a un muy buen trabajo de la Autoridad Portuaria se ha conseguido que se reconozca en el plan de trabajo. Eso es importante a la hora de solicitar ayudas y es lo que da sentido a las autopistas del mar, que no son el enlace por barco entre Gijón y Nantes, sino que son autopistas tierra-mar para que puedas organizar un tren de contenedores en Madrid que pase por la Variante y llegue a El Musel.
-Hay quien opina que en esa planificación de transporte se está demonizando el camión en favor del tren o el barco.
-No, no. Lo primero que hay que decirle a los señores del camión es que cuándo hubieran soñado con esta red de autopistas. Creo que superamos a Alemania. El ferrocarril es para grandes distancias, pero el camión tiene su futuro, aunque se le van a exigir grandes reducciones de emisiones de CO2. El proyecto "Blue Corridor", que va por el eje Atlántico, contempla bastantes instalaciones de gas natural licuado porque la nueva directiva sobre carburantes de sustitución va a exigir una instalación de carga cada 500 kilómetros. Si buscas hoy un equipo criogénico hay que ir a Cataluña. En Asturias teníamos que ser la Cataluña del Atlántico, sobre todo en infraestructura marítima y de logística. Las mercancías van a los puertos con buenos accesos y precios competitivos.
-¿Es normal que obras de envergadura como la de El Musel presenten sobrecostes tan abultados?
-Como ingeniero no conozco ninguna obra que no haya tenido sobrecostes, y a veces muy importantes. Dicho eso, si se acepta algún tipo de irregularidad, yo no diría fraude, que la Olaf y las autoridades competentes se ocupen, pero lo fundamental es que tenemos que mirar al futuro y ver cómo atraer a El Musel demanda y actividad porque si no es un desastre. Hemos hecho grandes obras y hay que sacarles rentabilidad.
-¿Qué me dice de las filtraciones de la Variante?
-Está prácticamente arreglado. Creamos una plataforma tecnológica y ya dijimos que se arreglaría. Los comentarios que hay son señal de nuestro catastrofismo. Pajares ha sido una de las obras más complicadas del mundo, por eso todo lo que hemos aprendido hay que venderlo.
-La ingeniería continúa siendo una profesión con mucho arraigo en Asturias.
-En ingeniería minera hoy día hay un potencial importante en la metálica. También se están haciendo otras cosas bien. Me gusta mucho el modelo del Parque Tecnológico de Gijón, muy unido a la Escuela de Ingenieros, donde están saliendo muchas "spin off". Eso es modélico y hay que impulsarlo.
-También es muy reconocido fuera el buen hacer de los ingenieros de la región.
-Sí, hay mucho ingeniero asturiano haciéndolo muy bien. A mí hacia el año ochenta y poco Graciano García me dijo una frase que me impactó: "Vicente, no olvides que Rotterdam está mucho más cerca que Barcelona". Y es verdad. Fui al mapa y lo comprobé. No somos una región periférica.
-Con quienes, como usted, han pasado por Bruselas, ¿podría hablarse del "lobby" asturiano en Europa?
-En su momento hicimos un pequeño "lobby", pero no como el de los catalanes y vascos, que pusieron a su gente en puestos estratégicos cuando España entró en la UE. Aquí Pedro de Silva tuvo una visión clarísima y formó bastante gente en el Colegio de Brujas y en el Instituto de Estudios Europeos en Bruselas que hoy en día están en puestos importantes en la Comisión. Asturias fue modélica en los primeros planes Feder, y sí es verdad que Areces se ocupó bastante de nosotros, nos reunía, nos pedía ideas, y alguna se llevó a cabo, pero hoy no hay esa ósmosis entre el Principado y los funcionarios.
-¿Qué supone el reconocimiento como "Ingeniero del Año" en Asturias?
-Sin falsa modestia, creo que es un premio a la trayectoria profesional de muchos ingenieros de minas. Hemos trabajado con seriedad y en condiciones difíciles, unos yendo hacia Europa, otros desde aquí y otros por el mundo, y queremos dejar un buen testigo a los que nos sigan.
