La crisis ha dejado en herencia sociedades fracturadas y divididas, que quedan reflejadas en los sorprendentes resultados electorales que se han dado en Estados Unidos y Francia. Aún así, el "huracán Trump" no hará tambalearse las relaciones entre Estados Unidos y España, que se mantendrán en la misma línea de cordialidad, tras la llegada al poder del magnate republicano, relevo del demócrata Barack Obama, en el cargo desde enero.
Y es que ni siquiera el presidente de los Estados Unidos, el país más importante del mundo, tiene tanto poder como se le atribuye. En realidad, quien lo diría, el inquilino de la Casa Blanca, que no hace más que acaparar titulares desde su llegada al despacho oval (y no precisamente por cuestiones positivas), tiene uno de los puestos más frustrantes del mundo. A finales del próximo mes de septiembre, Donald Trump recibirá al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y ante ese acontecimiento, los siete diplomáticos asturianos reunidos por LA NUEVA ESPAÑA en el IX encuentro de especialistas en política exterior -entre todos acumulan destinos en 29 países de cuatro continentes-, coinciden en destacar que las alarmas ante los aparentemente profundos cambios anunciados por el presidente, se quedarán sólo en eso, en alarmas.
"Los padres fundadores fueron muy inteligentes a la hora de diseñar una exquisita separación y distribución de poderes que se mantiene hasta nuestros días". Así lo dice el colungués, Jorge Hevia Sierra, que lleva meses en su nuevo puesto de director político adjunto en la Dirección General de Política Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, en Madrid, tras haber sido embajador de España ante la Organización de Estados Americanos con sede en Washington. Hevia, imbuido por ese espíritu de compromiso con la sociedad civil que predomina en Estados Unidos, acaba de fundar una Asociación de Amigos del concejo de Colunga a imagen y semejanza de las entidades que proliferan al otro lado del Atlántico. "A Trump le han frenado en casi todo. Trató de derogar el Obamacare y aún no lo ha logrado. Se abre un periodo interesante, pero siempre teniendo muy presente que él por si mismo carece de capacidad para alterar el sistema", explica Hevia.
"Con Estados Unidos las cosas van a seguir igual. Allí las cuestiones de política exterior cuentan mucho menos que los asuntos interiores, que es realmente donde Trump se juega su popularidad", señala José Laviña Rodríguez, ovetense, subdirector de Personal en el Ministerio de Asuntos Exteriores, tras haber sido director general de Europa Oriental y Asia Central. De la misma opinión es Luis Arias, también ovetense y vinculado a Barcia (Valdés), cónsul general de España en París, convencido de que a Trump no le funcionará con la UE y el Reino Unido la vieja estrategia del "divide y vencerás". "Con China seguirá con sus bravuconadas, a Rusia le aplicará sanciones, y tratará de llamar la atención, poco más", asegura el que fue embajador de España en Corea del Sur. "Todo lo que puede hacer es mucho, pero lo que no puede hacer es tanto o mas", sentencia.
