Propulsores de eficaz rendimiento, los 2.0 Tdi que nacieron con potencia de 140 c.v. y ahora entregan 150 c.v. con un reducido consumo de sólo 4,3 litros, fueron la "oveja negra" de los Passat diésel y se ganaron una mala fama por sus problemas de culata e inyectores además de obstrucciones en la válvula ERG de recirculación de gases de escape que aún hoy día acusan algunas unidades. Han sido numerosos los propietarios desesperados por estas averías que en un coche de esa categoría no deberían haber sucedido.