A nadie se le escapa que comprar un coche eléctrico es caro. Notablemente más caro que adquirir un coche de combustión de similares características. Pero una vez adquirido, lo cierto es que ofrece importantes ventajas económicas frente a sus rivales de gasolina o diésel.

Cada vez más personas se plantean la compra de un BEV debido a la subida de precios de los combustibles y a la mayor oferta de este tipo de vehículo, pese a que la autonomía y, principalmente, la infraestructura de recarga pública siguen siendo dos grandes inconvenientes en los eléctricos. Y es que el precio medio de los carburantes se mantiene en el entorno de los 1,8 euros, y pese a la subvención vigente, el precio de la gasolina es ahora cerca de un 13 % más caro que hace un año, y el del diésel, más de un 25 %. Una subida que hace que rellenar el depósito se haya convertido en casi un lujo.

Descuentos en la compra

Esta circunstancia hace que muchos hagan números para ver si les sale más rentable un eléctrico, empezando por su compra. Como hemos dicho, son sensiblemente más caros que los de combustión, pero a la vez son los únicos que tienen ayudas oficiales. Con el Plan Moves III, se puede recibir una ayuda máxima de 7.000 euros si se entrega un vehículo viejo a cambio (o 4.500 si no se lleva ningún otro al desguace). Eso sí, el coste total no puede superar los 45.000 euros y debe ser nuevo, de renting o de km0, pero no de segunda mano.

También ayudas para los PHEV o híbridos enchufables. En este caso la subvención será de 5.000 euros si se entrega uno viejo (de siete años o más) y de 2.500 si no se hace. Además, también hay ayudas para cubrir los costes de instalación del punto de recarga en casa, que pueden ser de hasta el 80 % del total.

Exentos del impuesto de matriculación

Además, y al igual que todos los vehículos que emiten menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro, los BEV están exentos del pago del impuesto de matriculación. Según señala cleverea, empresa de seguros online para automóviles y motos, representa un gran ahorro, ya que se trata de una tasa que puede alcanzar el 14,75 % del valor del automóvil.

A su vez, los eléctricos disfrutan de rebajas en el impuesto municipal de circulación, de hasta el 75 % en ciudades como Zaragoza, Valencia, Madrid o Barcelona, aunque son incluso más altas en otras localidades.

Enorme ahorro en ‘combustible’

Sin lugar a dudas el principal ahorro de los coches eléctricos tiene que ver con su ‘repostaje’. Pese a la gran subida de la electricidad en los últimos meses, cargar las baterías de un coche eléctrico sigue siendo infinitamente más barato que llenar un depósito de gasolina o diésel. Eso sí, para notar realmente este ahorro en la carga de electricidad del coche debe ser en casa, ya que los puestos públicos además de escasos, son sustancialmente más caros que las estaciones de carga particulares.

Tomando como referencia un SUV del segmento C de gasolina que hace 50 kilómetros diarios, el coste diario de combustible rondaría los 8 euros, mientras que para un todocamino eléctrico de similares características, el coste puede estar incluso por debajo de 1 euro al día (si cargamos el vehículo con una tarifa supervalle) y 3,5 euros al día si se carga en hora punta o en un punto de recarga pública económico. Y esto al cabo del año es mucho, pero que mucho dinero.

Aparcar gratis

Los coches eléctricos también ahorran a la hora de aparcar, ya que el aparcamiento es gratuito en áreas que, normalmente, requieren el pago en un parquímetro, como por ejemplo zonas verdes o azules de grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Para personas que se mueven habitualmente por ciudad, esta ventaja puede suponer un gran alivio económico.

Menos reparaciones

Mantener un coche eléctrico es más barato que uno con motor de combustión, ya que tiene menos piezas mecánicas y de desgaste, además de freno regenerativo que alivia el trabajo de los discos y pinzas de freno, reduciendo su desgaste. Además, se estropean menos porque un motor eléctrico no genera residuos que puedan dañarlo. Todo ello hace que se pase menos veces por el taller.

Aunque unestudio recientedice que el coste de mantenimiento un eléctrico es igual de caro ¡que en un combustión, ya que si bien lo anterior es cierto, los BEV deben estar más horas en el taller con lo cual sube la mano de obra.

Y a todas estas ventajas cabe sumar otras no relacionadas directamente con el ahorro, pero que sin duda también favorecen a los BEV frente a los coches de combustión. Hablamos, por ejemplo, de poder acceder a las ciudades cuando hay protocolos anticontaminación, poder transitar por el mismo centro de la urbe gracias a la Etiqueta ‘0 de la DGT, moverse sin ruido, tener una gran potencia gracias a la entrega de par inmediata del motor, o saber que estás ayudando a mejorar la vida en el planeta.