Pola de Laviana, L. M. D.

La agrupación socialista de Laviana organiza desde ayer sus IV Jornadas de la Memoria Histórica, en cuyo primer acto se presentó el libro «El crimen de Vindoria», una investigación sobre una ejecución en la Guerra Civil realizada por la historiadora lavianesa Rosa Álvarez Campal.

La sesión inaugural de las IV Jornadas de la Memoria Histórica de Laviana contó con la participación del secretario general del PSOE de Laviana, José María Solís; la secretaria de Igualdad de la agrupación, Aida Concheso, y con la propia autora del libro. Las actividades de las jornadas continuarán el miércoles, a las siete de la tarde, con la proyección de la película «Libertarias», dirigida por Vicente Aranda, y sobre la que realizará comentarios la experta en cuestiones de género Emma González.

El punto culminante de la programación llegará el viernes, a las seis de la tarde, cuando está previsto descubrir una placa que conmemorará, en la zona de Vindoria (Langreo) a las personas que allí fueron ejecutadas. Al acto asistirá el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Javier Fernández y familiares de las víctimas.

En la charla de ayer, Rosa Álvarez Campal narró cómo había sido el proceso de investigación para poder reconstruir los hechos acaecidos en la zona de Vindoria a finales de 1937. El libro «se centra» en una de las ejecuciones que se produjeron en este paraje, en la que murieron ocho personas «nueve, si tenemos en cuenta que uno de los apresados se tiró del camión en el que los llevaban» y fue asesinado antes. De las nueve personas, cinco eran mujeres -lo que conmocionó a muchos vecinos del valle- y cuatro hombres. Ocho eran vecinos de Laviana y uno, de Sobrescobio.

La historiadora enfatizó sobre la «muy distinta condición social» de las víctimas. Los cuatro hombres eran personas de origen campesino acomodado, dos de ellos indianos cuya familia había hecho fortuna en América, pero que se habían mantenido fieles a la República, «pese a que mucha gente de su condición no lo había hecho. Este pudo ser uno de los motivos por los que los mataron». Ninguno de ellos era militante socialista o comunista, lo que hace recordar que «la Guerra Civil fue una confrontación muy compleja». Por su parte, las cinco mujeres -de las cuales una estaba embarazada- eran de origen humilde, jóvenes, con familias que habían llegado a Asturias desde otras regiones para trabajar en las minas de Pola de Laviana y Barredos. «Ellas sí que eran activistas importantes, la vanguardia de la retaguardia», trabajadoras en el hospital de sangre y de talleres de ropa para los soldados del frente republicano. La ejecución se produjo el 26 de noviembre del 37.