Langreo, E. PELÁEZ

La iglesia de Santiago Apóstol de Sama se enfrenta a una obra de reparación exterior «urgente». La celeridad con la que se han iniciado los trabajos responde a los actuales problemas de seguridad en el exterior debido fundamentalmente al desprendimiento de pequeños fragmentos del propio templo, según aseguró el párroco José Ángel Pravos.

Ya se han instalado los andamios y los operarios de la empresa MC Conservación y Restauración iniciaron su labor. La primera tarea, una vez comprobados los desperfectos, será localizar cada daño, tomar medidas y realizar los moldes. La obra se extenderá durante unos ocho meses, según aseguró el párroco. El coste de la actuación ascenderá a 350.000 euros. Este es presupuesto elevado para la parroquia que solicitará ayuda. «Apelamos al sentimiento, al apego de la gente, de los habitantes de Sama pero también de los que viven fuera y de las distintas instancias políticas y sociales», señaló Pravos.

La parroquia se verá obligada a solicitar un préstamo, que superará los 200.000 euros, para hacer frente a unas obras que no pueden esperar. Por eso es fundamental la colaboración de los samenses para evitar que el deterioro de este «edificio tan emblemático» vaya a más. Gran parte de los pináculos están rotos y corren peligro de desprendimiento y el estado de las agujas de la torre tampoco es bueno. La empresa encargada de la reparación exterior de la iglesia tendrá, por tanto, que cortar muchos de los pináculos, sellarlos y «reponer los más emblemáticos» y actuar en la crestería.

Las obras se iniciaron en la zona de mayor tránsito con el objetivo de poner freno cuanto antes al peligro que supondría un mayor deterioro de los diferentes elementos. Son trabajos que se ocuparán de las necesidades más urgentes aunque hace tres años se elaboró un proyecto para la mejora de la iglesia de Sama que tiene un presupuesto más elevado y que por el momento no se podrá asumir. De hecho entre las actuaciones incluidas figuraba la reparación de las cubiertas que no están incluidas en el actual plan de trabajo.

Los problemas «se producen desde hace varios años aunque últimamente van a más», según indicó el párroco. La iglesia fue construida tras la Guerra Civil en el lugar ocupado por otro templo, de San Eulogio, que había sido destruido. Se reconstruyó respetando su antigua silueta pero levantando una iglesia de mayor tamaño, dedicada a Santiago. Según aseguró Pravos, «el mortero en algunas zonas no es bueno» y el hierro que sustenta muchas de las piezas está afectado por la humedad y la erosión.