Julio y agosto, derriten recuerdos y efemérides; adelgaza los hechos y seca, por si no estuvieran requetesecas, cualquier tipo de responsabilidad política. Y quien se queda -como es mi caso- sin ir al mar, a la piscina, o la capital de la maragatería, se ve subiendo y bajando, cual peregrinos marianos, a El Carbayu. Nadie se pondrá colorado por aquello de que ellas y ellos, la sufrida clase política, anda ya cultivando, o luciendo, su morenez.

Los conspicuos responsables culturales langreanos tienen con su pabellón en la Feria de Muestra su dicha mayor, pero hete ahí, que aquí, un currito de la minihistoria cultural, se da una palmada en la frente y, sin gritar ¡Eureka!, confirma que el 12 de agosto de 1942, fallecía en accidente laboral, un escultor langreano que vio truncada su vida de artista tras aquella guerra endemoniada y cainita, que luego se alargó con la otra pesadilla -para muchos- que fue la postguerra.

Luis Camporro Sánchez murió trágicamente, en la factoría de «Tornillería del Nalón», cuando se produjo una explosión soldando una pieza. ¿Y que hacía un escultor que había tomado, el 23 de abril de 1937, posesión de su plaza de profesor de dibujo en el colegio de Segunda Enseñanza, de Sama de Langreo, siendo ratificado en el puesto por orden de 25 de junio de 1937 por el ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes? La respuesta está clara: ¡Fue depurado, como tantos y tantos españoles, por aquel César de Ferrol que, en Burgos -¡Ay, mío Cid, y tú impertérrito en tu sepulcro catedralicio!- firmaba, el 1 de abril de 1939, III Año triunfal, el parte que anunciaba el fin de la contienda?

Luis Camporro, concluida la guerra, fue otra víctima más y tras ser expulsado de su puesto docente, tuvo que afrontar, con muchas dificultades, un peregrinaje por las empresas langreanas, cerradas casi todas ellas, a los mal vistos por la naciente dictadura.

Pues bien, este escultor, becado, por el Ayuntamiento de Langreo y por la Diputación Provincial, cursó sus estudios académicos en la escuela superior de Bellas Artes de San Fernando. Tras comprobar su aplicación y oida la recomendación de sus profesores, atendieron la sugerencia de concederle otra beca para ampliar estudios en la Academia Española de Bellas Artes de Roma.

Cuando se cumplen los setenta años de su muerte, ningún munícipe reparó en el hecho? ¿Pensarán hacer algo el 2 noviembre cuando se cumplen los 115 años de su nacimiento? ¿Se le dedicará una exposición homenaje en la Pinacoteca Eduardo Úrculo? ¿La Comisión de Cultura continuará en noviembre su particular julio/agosto?

Hace 12 años comisarié, con motivo de la celebración de la X edición de la Bienal Nacional de Pintura La Carbonera, una exposición dedicada a Luis Camporro. Dado su interés, Ismael González Arias y Rosa Trapiello, director de la Casa de Cultura y coordinadora del Área de Artes Plásticas, gestionaron con la sociedad de La Carbonera, llevarla a Mieres donde estuvo, de Julio a setiembre de 2000, en el Centro de Arte Casa Duró.

¡Pero qué sofocos, Señor, con el verano, las vacaciones y los olvidos, o desconocimientos, de la tropa política y su corte!