Los cazadores respaldan la propuesta -planteada por expertos en la recuperación del urogallo cantábrico- de reducir la población de venados en los montes en que habita el ave, con el objeto de protegerla frente a especies competidoras en sus hábitats. Los especialista también proponen limitar la densidad del ganado vacuno en zonas próximas. Para los responsables de las asociaciones cinegéticas del parque de Redes es necesario rebajar el número de ciervos, principalmente para mejorar la especie, aunque también pueda contribuir a ayudar al urogallo.

«No sé en que medida puede contribuir a proteger al urogallo, pero hay que reducir la población de ciervos para velar por la propia especie», aseguró Prudencio Suárez, presidente de la Asociación de Cazadores de Sobrescobio y representante de las reservas de Caso, Sobrescobio y Aller en el Consejo regional de caza. «Hay una superpoblación de machos porque el número de hembras se mantiene. Son muchos y buena parte de ellos de mala calidad; había que dar más permisos para hacer recechos selectivos y eliminar parte de esos ejemplares para mejorar la especie».

Suárez indicó que el rececho permitiría localizar y abatir los peores ejemplares, que se detectan por el volumen de la cornamenta. «Las batidas de venado no están autorizadas y además son mucho menos selectivas».

En la misma línea expresada por Suárez, el presidente de la Asociación de Cazadores de Caso, Armando Caldevilla, también se mostró escéptico sobre el impacto que tiene el ciervo sobre el hábitat de urogallo. «Yo creo que lo que más le afecta son los zorros, los jabalíes o las nutrias. En cualquier caso, las medidas que se adopten para proteger a la especie deberían tener en cuenta también la actividad cinegética, que es una fuente de ingresos importante para ayuntamientos pequeños como Caso y Sobrescobio; hay que tratar de compaginar todos los intereses».

Las conclusiones de los expertos que elaboraron el «Documento técnico que establece las principales acciones a desarrollar para determinar la situación de los competidores para el urogallo (Teatrao urogallus cantabricus)» también encontraron respuesta ayer en Foro Asturias. Su portavoz parlamentario en asuntos de Medio Ambiente, Albano Longo, aseguró que «los pseudocientíficos urbanitas no se atreven a explicar por qué hoy, después de cuarenta años de veda, están censados la décima parte de los urogallos localizados cuando su caza controlada estaba autorizada», Para Longo la respuesta es «sencilla»: «El cazador era el verdadero proteccionista de los urogallo; se encargaba de negociar con los pueblos la retirada de animales domésticos de los montes apropiados para el urogallo y mantenía controlada la población de depredadores. La caza controlada del urogallo genera ingresos y es una de las líneas de protección básica para recuperar su población».