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El gran odeón local cumple un siglo

El Palacio Valdés celebrará su centenario con recreaciones de la sociedad de 1920

El Ayuntamiento reforzará la programación del teatro el año que viene por la efeméride y hará actos sobre los gustos de la época de su construcción

Fachada principal del teatro Palacio Valdés. RICARDO SOLÍS

Saúl FERNÁNDEZ

El 9 de agosto de 1920, el teatro Palacio Valdés abrió sus puertas por primera vez. El año que viene, por tanto, cumple su primer siglo. El Ayuntamiento de Avilés trabaja ya en el diseño de un programa acorde a una celebración tan significada. La idea que la va a hilar va a ser "traer al presente" todo cuanto supuso para la ciudad la apertura de un coliseo como el que diseñó Manuel del Busto y que, ahora, cien años después, se ha convertido en uno de los escenarios más respetados de todo el país: la rampa de lanzamiento de los espectáculos más sonoros del año en España. Los últimos -en programa doble-, "Port Arthur" y "Jauría", dos espectáculos de relumbrón con dos crímenes reales como argumento principal. En marzo llegan a Madrid.

La fiesta del próximo año seguirá dos líneas de actuación: la programación especial y, en paralelo, la reconstrucción del pasado avilesino más dorado: el de la ciudad burguesa. La primera se está empezando a cocinar; la segunda, ya va cogiendo forma. Y es que el teatro Palacio Valdés, tal y como destacaron Vidal y Juan Carlos de la Madrid, fue la guinda de una ciudad enriquecida con el comercio portuario y el dinero americano. Avilés quiso un teatro porque coliseos como aquellos daban un toque de distinción a ciudad y ciudadanos. Así se explican las intervenciones urbanísticas en la ría, el nacimiento de las fiestas del Bollo, las explotaciones industriales de Castrillón o Villalegre. Los hermanos De la Madrid resumieron todo cuanto aconteció entonces en "Cuando Avilés construyó un teatro".

El centenario del teatro Palacio Valdés es una ambición del área de Cultura desde 2017, cuando organizó la celebración de vigésimo quinto aniversario de su reapertura, que había sucedido en noviembre de 1992. Hubo un zafarrancho de obras y restauraciones -en la bombonera, mayormente, el cogollo del teatro-. Esas intervenciones son las que van a lucir con los actos y los espectáculos que subirán a las tablas. En 2017, la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, había explicado que aquella fiesta por la reapertura sólo iba a ser el prólogo de lo que estaba por venir. Y ya ha llegado.

Para tener listo el escenario para las bodas de plata de la reapertura, el Ayuntamiento rehabilitó los acabados de pintura de la sala principal (palcos y platea), instaló una nueva iluminación y, además, reparó la cúpula. En 2012, las funciones se fueron al barrio de Versalles para dejar el espacio a obreros y arquitectos. Entonces, explicaron las autoridades culturales avilesinas, corría prisa reparar la maquinaria de madera que eleva la platea y que es "única en España". Aquel sortilegio de ingeniería es obra de Manuel del Busto, el hombre al que los burgueses de los Felices Años Veinte avilesinos -Claudio Luanco, Rodrigo Llano-Ponte...- encargaron la construcción de su emblema, el mismo cuyo brillo quiere hacer lucir el Ayuntamiento en unos pocos meses.

El teatro es una seña de identidad de la política cultural avilesina. Lo es desde comienzos de este milenio, cuando comenzó a consolidarse una forma de programar especial: por medio de ciclos. Temporales, temáticos y de toda índole. Así se fidelizó un público que ahora es envidia de todo el país, pero que no siempre respondió a las expectativas que se abrieron cuando el alcalde Manuel Ponga, recientemente fallecido, lideró a la ciudad para recuperar de la ruina el edificio que cogía telarañas desde 1972. Y es que el teatro abrió en 1920, cuando el proyecto se había iniciado veinte años atrás: en 1900 (aquí está la explicación de que al Palacio Valdés se le conozca como "el último teatro del siglo XIX, en pleno siglo XX). La reapertura se materializó veinte años después de su cierre por aparente orden de derribo. El Ayuntamiento de Avilés organizó hace año y medio un ciclo de entrevistas públicas sobre la escena en la que autores como Juan Mayorga, Ernesto Caballero, actores como Lola Herrera o Carlos Hipólito, desgranaron la historia que les había llevado de principios de los noventa acá.

Lo que el Ayuntamiento de Avilés prepara va por ese camino: desde el registro de la Sociedad del Teatro (el 11 de mayo de 1900) hasta la construcción del primer gran hotel del municipio pasando por el intento de convertir el munipio en nueva capital del turismo de relumbrón, como San Sebastián o Santander.

Aquel 9 de agosto de hace un siglo el venerable escritor Armando Palacio Valdés -candidato en innumerables ocasiones al premio Nobel- fue homenajeado por la gente bien de la ciudad, el efímero ministro de Instrucción Pública, Luis Espada, le impuso la Gran Cruz de Alfonso XII, y el coliseo cobró forma. Aquella ciudad volverá al presente en pocos meses. Y se encontrará con una ciudad capital para las artes escénicas.

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