La factura que Enagás está pasando a los usuarios de la red de gas natural por la construcción de la regasificadora de El Musel se está agrandando. A los 167,03 millones de euros que el Estado autorizó a que el operador del sistema repercutiera a los usuarios desde 2012 para recuperar la inversión en la planta gijonesa y por costes de operación y mantenimiento, ahora se añaden cerca de un millón de euros al año adicionales, en base a la diferencia entre los costes de operación y mantenimiento reales de los últimos años y los autorizados inicialmente en base a previsiones.
A finales del pasado septiembre, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia reconoció a Enagás el derecho a cobrar a los usuarios 945.187 euros de costes de operación y mantenimiento en el año 2015, adicionales a los 4,16 millones que ya les había repercutido en base a estimaciones. La empresa gasista está reclamando esos costes adicionales anuales aportando informes de la consultora Deloitte. La CNMC rechazó el pago de otros 467.336 euros que también solicitaba Enagás como costes de la planta de El Musel, entre otras cosas por facturaciones entre empresas del grupo Enagás.
El de 2015 es el último ejercicio sobre el que se ha pronunciado la CNMC, que antes ya había reconocido el derecho de cobro de Enagás de otros 850.429 euros adicionales por la revisión de los mismos costes de 2014.
Otro informe de la CNMC del pasado mes de noviembre, sobre ingresos y costes del sector del gas natural para 2017 y 2018, también preveía que se produjera un incremento de 938.000 euros en los costes para 2018, mientras que para el año pasado no estimaba que hubiera desviaciones sobre la previsión inicial, que es la misma que para los años anteriores en los que la CNMC ya ha reconocido mayores costes, tras las auditorías remitidas por Enagás.
Con estas cifras los costes totales por operación y mantenimiento de la regasificadora de El Musel y por retribución financiera de la inversión, autorizados hasta ahora, ya alcanzan este año una cifra global de 169,76 millones de euros. De esa cantidad, 140,14 lo son por retribución financiera de una obra que ascendió a algo menos de 282 millones de euros. Esto es, Enagás ya ha cobrado a los usuarios casi la mitad de lo que le costó construir la instalación de El Musel. En cuanto a los costes de operación y mantenimiento, el total reconocido hasta ahora a Enagás es de 29,61 millones de euros.
La CNMC ya había emitido informes con anterioridad sobre la regasificadora de El Musel. El pasado 19 de julio remitió un informe a la Comisión Europea en el que le indicaba que no hay necesidad de que entre en funcionamiento la regasificadora de El Musel ante el exceso de capacidad que hay en las otras seis regasificadoras de España que tuvieron una ocupación media del 30,4% en 2017, con un mínimo en la planta de Cartagena (7%) y con la mayor ocupación en la de Bilbao (44%).
En otro informe del pasado 13 de junio sobre el borrador de real decreto para levantar la hibernación de la planta gijonesa, la CNMC abogó porque sólo se autorice la entrada en servicio de la misma si Enagás consigue nuevos contratos con operadores, sin arrebatar tráficos a otras regasificadoras españolas. También indica que si la instalación gijonesa se usa como almacén logístico, las inversiones asociadas no sean retribuidas por el sistema.
En otro informe, del 9 de julio de 2015, la CNMC advirtió de que los cobros que se autorizaron a Enagás entre 2013 y 2015 por la hibernación de la planta podrían verse afectados por la sentencia que a la postre ilegalizó la planta.
