Santa Eulalia de Oscos,

T. CASCUDO

Cuenta el ferreiro Friedrich Bramsteil que su trabajo ha dejado de ser un oficio familiar que se traspasa de padres a hijos. Si a principios del siglo XX el oficio era de lo más común en el Occidente y en otras zonas de Europa, hoy son pocos los que quieren seguir la tradición. Por eso, dice Bramsteidl, para la supervivencia de las ferrerías es necesario buscar nuevos enfoques, uno de ellos es el camino artístico. Sin duda éste será uno de los motivos de conversación del VI Encuentro de Ferreiros que se organiza de viernes a domingo en Santa Eulalia de Oscos. Santa Eulalia coge el testigo de A Pontenova, la última localidad en acoger este encuentro bianual organizado por la Asociación Consejo del Hierro. Además, y pese al bajo presupuesto, han conseguido atraer hasta los Oscos a nada menos que 84 ferreiros.

Explica el Alcalde de Santa Eulalia, Antonio Riveras, que ayer acompañó a Bramsteidl durante la presentación de la iniciativa, que el encuentro sirve «para divulgar las técnicas usadas por los antiguos ferreiros y también descubrir nuevas posibilidades del hierro e intercambiar experiencias. Es una muy buena oportunidad para ellos». En el mismo sentido se expresa el ferreiro afincado en el mazo santayés de Mazonovo: «Debemos reflexionar y ver qué se puede hacer hoy en día en la forja». Además, añade, los encuentros sirven para divulgar el oficio y atraer a nuevas personas hacia el trabajo del hierro.

De los 84 ferreiros confirmados para el encuentro la mayoría proceden de Asturias y Galicia pero también habrá representación catalana, vasca, navarra, castellana y madrileña. Sin duda, el alto número de participantes llenará la capital santayesa y la ocupará buena parte de sus plazas de alojamiento.

En el encuentro está prevista una asamblea general del Consejo del Hierro y también la proyección de un vídeo sobre la jornada celebrada hace dos años. No obstante, la principal tarea a la que se encomendarán los ferreiros durante estos tres días será a realizar una obra colectiva. La escultura, diseñada por el ferreiro José Ortiz, representa a un guerrero asturiano. Los 84 ferreiros trabajarán juntos para levantar una reproducción de tres metros y 25 centímetros de alto y 90 centímetros de ancho. Para su construcción serán necesarios entre 600 y 700 kilos de hierro, según los cálculos de Bramsteidl quien explica que parte de las estructuras previas ya están listas.

El grupo, que estará coordinado por el maestro catalán Miquel Xirau, deberá tener lista la escultura el sábado para el domingo dedicarse a la decoración. Ésta se realizará con adornos elaborados por los diferentes ferreiros, inspirados en objetos típicos de su región de procedencia.

Los ferreiros quieren visibilizar su oficio y sus problemas. Reconocen que es difícil vivir sólo de la forja pero están convencidos de que la unión hace la fuerza, algo que escenificarán este fin de semana.