De las innumerables ocasiones que escuché y entoné nuestro himno de Asturias nunca me había emocionado tanto como cuando el pasado sábado lo escuché, al final de la ceremonia de entrega del galardón de «Pueblo ejemplar», a los vecinos de San Tirso de Abres y de otras localidades limítrofes de la comunidad gallega, que se habían acercado para conocer de cerca a los Príncipes de Asturias y participar en la histórica jornada que vivió el concejo más occidental de nuestra Asturias. Precisamente, fue su Alteza Real don Felipe de Borbón quien ejerció de improvisado director del multitudinario coro integrado por los cientos de asistentes que alzaron sus voces cuando el Príncipe de Asturias les indicó con ambas manos que elevasen el tono sobre la música de fondo que interpretaba la Banda de Gaitas de Vegadeo.

A la entrada de San Tirso de Abres una señal de carretera indica que nos distancian 65 kilómetros de Lugo y 173 de Oviedo. Precisamente, esa lejanía de la capital del Principado les ha acarreado a sus habitantes grandes esfuerzos para superar ese aislamiento y marginalidad que ha premiado la Fundación Príncipe de Asturias por su compromiso con la tradición y la cultura combatiendo desde la lejanía ese aislamiento y olvido. Un vecino me narraba el sábado cómo, hace algunos años, varios santirseños nacieron prematuramente en la carretera de camino al Hospital de Oviedo. Alguna santirseña dio a luz en la recta de Vega de Anzo, después de pasar Grado. Si hoy, con mejores comunicaciones, el trayecto entre Oviedo y San Tirso se realiza en dos horas, imagínense ustedes hace unos años cuando todavía había que venir por La Espina.

Que San Tirso es Asturias ya nadie lo duda porque los límites geográficos no tienen por qué coincidir siempre con las fronteras culturales, lingüísticas o económicas. Tal vez sea la primera y la única ocasión en que, para entregar el galardón de «Pueblo ejemplar» de Asturias, hemos tenido que recorrer varios kilómetros por otra comunidad autónoma distinta, pero eso no significa que San Tirso sea menos Asturias que otros pueblos ubicados en el centro de la región.

Todo el pueblo se emocionó y agradeció con afecto el reconocimiento de la Fundación Príncipe de Asturias, que acercó otro año más a los Príncipes de Asturias para conocer y premiar el trabajo colectivo y solidario de un pueblo de Asturias comprometido con su cultura y con sus tradiciones.