Tineo,

Pepe RODRÍGUEZ

Hay una gran parte de ganaderos del suroccidente de Asturias que aseguran que las ferias, de un tiempo a esta parte, se están convirtiendo en un acontecimiento social antes que uno económico. A pesar de que el negocio está a la baja, y que unos y otros comentan que es muy difícil vender, que los precios son muy bajos (o muy altos para los compradores), el hecho probado es que las ferias de la zona, sobre todo en Tineo, aumentan sensiblemente su capacidad de atracción año a año. Tras un gran bajón, hace ya un lustro que San José acoge a más gente cada año.

No fue una excepción este 2012. Las calles del recinto ferial de Santa teresa presentaban un aspecto envidiable en cuanto a número de asistentes, animación y algarabía. Pero, a decir de los ganaderos, la conclusión es la misma de siempre: no se vende casi nada.

Este hecho se explica porque hay ganaderos que por su profesión y porque son de sitios distantes entre sí no se ven a menudo y, por lo tanto, las ferias se convierten en una forma de encontrarse de vez en cuando y compartir la jornada.

José María, un ganadero de caballos de Taramundi, llevó seis ejemplares de caballos a San José y había vendido tres a media mañana: «aquí cuando realmente se vende es la noche antes de San José. Ayer vimos, por ejemplo, cómo salía un camión cargado de potros para Santander. No hay mucho dinero ni mucha venta, pero esto es lo que hay».

Calvin Rodríguez, de Leitariegos, en Cangas del Narcea, había vendido un caballo en toda la mañana: «viene uno a pasar frío aquí para nada». La campaña electoral también tuvo su parte de presencia en San José, con casi todos los partidos presentes, con grandes nombres, y repartiendo sus programas eletorales. Rodríguez tenía palabras para ellos: «que se vayan, que no arreglan nada. Yo lo que les pediría es que regulasen el mercado de intermediarios, por ejemplo, que este negocio nuestro pudiese ser más directo».

Los vendedores, por supuesto, se quejaban de la poca actividad comercial, pero los compradores también lo hacían con respecto a los precios de los primeros. Pilar Cernuda señalaba: «veníamos interesados en comprar algo, pero con estos precios es imposible. Hay mucha gente, ya se ve, así que yo creo que interés hay bastante, pero no hay dinero en ningún sitio y los precios están un poco altos. Así es imposible».

Los ganaderos de vacuno, bastante menos numerosos que los de equino, ni siquieran pudieron aprovechar la noche anterior para poder hacer un buen negocio, como parece que algunos sí lo hicieron con los caballos: «con dos vinos en el cuerpo todavía vendieron algo los de los caballos, pero los que traemos vacas no mucho. Bueno, nada», confesó un ganadero de Tineo que llevó 25 vacas a San José y que prefierió no dar su nombre.