Navia y Villayón, pelea eólica

Los lindes de Navia y Villayón no están tan claros como debería. Al menos eso cree el gobierno naviego. El pleno municipal ha aprobado enviar la documentación que posee sobre los límites de Navia al Consejo Consultivo de Asturias, dado que no ha sido posible llegar a un acuerdo con su concejo vecino. Desean que en última instancia se pronuncie el Consejo de Gobierno.

Navia acredita a través de los datos del Instituto Geológico, del mapa catastral de Asturias y del registo de la propiedad que la zona de la sierra que linda con Villayón y donde se ubicará un parque eólico es naviega. Villayón no lo cree así. El alcalde, Ramón Rodríguez (PP), manifesta su descontento con esta decisión del gobierno socialista naviego. Rodríguez cree que Navia no sólo está en un error, sino que también «pretenden que el beneficio de los eólicos sea todo para ellos».

En la parte de sierra que disputan ambos concejos está previsto que se instalen cinco aerogeneradores. En principio se acordó que ambos municipios se beneficiarían al 50 por ciento de la energía eólica generada por el parque eólico.

Cada torre dejará en las arcas municipales entre 3.000 y 4.000 euros de media al año (depende de la producción de energía anual). Ese montante estaba llamado a repartirse, pero Navia cree que tres de las cinco torres están en territorio naviego sin discusión.

El Alcalde de Villayón acredita con los datos de la gerencia del catastro que la postura de Navia es errónea. Rodríguez asegura que los límites del concejo están «muy bien marcados». Además, hace referencia a la historia: Villayón no existía antaño como concejo, sino que estaba integrado en Navia. Cuando se segregó de su hoy vecino «quedaron muy claros los límites en la sierra. Lo podemos demostrar. Que pregunten a los vecinos», concluye.

En tiempos de crisis, el dinero de las torres eólicas supone un soplo de aire para las exiguas arcas municipales. Villayón asegura que no cederá mientras tenga «papeles y gente para acreditar los límites con Navia». Navia, por su parte, ya ha iniciado la batalla administrativa.