Lo primero que atrae a un corredor de montaña a participar en la prueba "Puerta de Muniellos" es el entorno. Sin embargo, lo que le hace repetir cada edición "es el ambiente de un pueblo que se vuelca con la carrera y nos hace sentir como en casa, sin tener que preocuparnos de nada", subraya el corredor gijonés Samuel Obaya, que ha participado en todas las ediciones de la carrera.

Al llegar a Moal, los corredores son recibidos con chocolate y café caliente preparados por las voluntarias y socias de la asociación "Muyeres de Moal", que desde las seis y media de la mañana se afanan para que tanto corredores como público puedan disfrutar de una copiosa comida a partir de las tres de la tarde. No obstante, el trabajo en las cocinas comienza el viernes con la elaboración de bizcochos, una treintena, y los preparativos para preparar una decena de paellas que llevan 70 kilos de arroz y dan de comer a casi un millar de personas.

En la organización del evento deportivo y del recorrido de la carrera trabajan la Sociedad Deportiva de Moal y la asociación cultural. La novedad que incluyeron este año fue la ampliación del recorrido hasta los 30 kilómetros aumentando el desnivel hasta los 3.000 metros de altitud. Según el director de carrera, Javier Fernández, la ampliación "tuvo muy buena acogida, la gente estaba contenta porque han disfrutado de una zona preciosa". En total, 350 corredores se enfrentaron a la ya consolidada "Puerta de Muniellos", primera prueba puntuable de la Copa de Asturias.